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Y sin embargo me quedo

Libros, libros

Libros, libros

Mañana es el día del libro. Pocos objetos se merecen tanto un día como los libros. Y está en marcha la Fira del Llibre. Reconozco que es algo que me encanta, pasear entre libros. Me fascinan las librerías, cuando voy por la calle no puedo evitar entrar en todas las que se me pasan por delante y si tengo que matar un rato antes de alguna cita entro a hojear libros y ojear portadas. Recuerdo de pequeña en mi casa la llegada mensual del repartidor del Círculo de Lectores, cómo todos manoseábamos, olíamos e intentábamos ser los primeros en elegir qué leer. Teníamos cientos de libros y los devorábamos, tengo la imagen mental infantil de mis padres con libros en las manos. Nos inculcaron la lectura de manera natural, como algo divertido y perfectamente normal. De hecho cuando de niña iba a casa de alguien y no tenía libros me daba la sensación de que se acababan de mudar. Así empecé a leer, a leer de todo, no distinguía. Poesía, novela, ensayo. De todos los géneros y estilos. De niña leía libros infantiles y recuerdo que el primer libro de «mayores» que leí fue Mujercitas por consejo de mi madre. Se había abierto la veda. De ahí a clásicos combinados con ciencia ficción que era la pasión de mi hermano. También me gustan las librerías de lance, libros que han pasado por otras manos, vivir lo que alguien ha vivido y sentido. Porque no hay nada mejor que sentir con un libro, sobre todo llorar, no recuerdo sensación más placentera que emocionarme con una lectura hasta las lágrimas, cerrar el libro, desahogarme y seguir la lectura tranquilamente. Y reír, ir en el metro y no poder reprimir una carcajada leyendo. Que te dan ganas de ponerte de pie y contarlo para alegrarle la mañana a los viajeros.

Los libros son unos grandes compañeros, recuerdo momentos vividos con alguno, pasajes que vuelven de repente, historias que se desdibujan y tienes que volver a leer. Sigo leyendo de todo, no soy sibarita, he leído muchos libros buenos y muchos malos Y nunca he tenido problema en dejar uno a mitad, si no atrapa en este momento quizá en otro lo haga. También he empezado un libro antes de acabar otro para ralentizar el final, pensando que cuanto más despacio leyera más duraría la historia y la sensación que provocaba. Y si hay algo que me encanta es que me recomienden libros, que alguien a quien le ha emocionado uno quiera compartirlo. Conoces muy bien a las personas a través de sus recomendaciones, te sientes más cerca. Y después continua unida a ese libro. Siempre. Por eso cuido mucho los libros que recomiendo y mientras leo pienso en que a tal persona le va a encantar. También he prestado libros que han vuelto y otros que no. Mi hermano dice que los libros tienen orgullo y si los dejas se enfadan y por eso no quieren volver. He regalado libros, escogidos cuidadosamente y me han regalado muchos.

La lectura te abre la mente, te hace ver que hay otros mundos, otros tipos de vida, otras personas que son o iguales o diferentes a ti. Te puede evadir o aferrarte al mundo, depende de lo que necesites en cada momento. Y además tiene un efecto añadido, evita tener faltas de ortografía. Hay libros para todos, seguro que hay un género o un escritor que te atrapa, sólo hay que buscarlo. Así que celebremos su día, se lo merece.

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