Solo el 14,42 por ciento de las 630 plazas de zona naranja habilitadas en Ciutat Vella están ocupadas en algún momento por usuarios no residentes, según desvela la estadística municipal correspondiente al ejercicio 2014 (la más actual). La mayoría de los estacionamientos, un 58,63 por ciento, los usan los vecinos del distrito. El porcentaje restante corresponde a plazas para vehículos de carga y descarga o las que están pintadas para personas con algún tipo de discapacidad.

El limitado porcentaje de uso de los no residentes se debe, fundamentalmente, al elevado precio de la fracción que el servicio ORA estipula en Ciutat Vella para la zona naranja. Mientras un residente paga el día por 0,60 euros y una semana entera le sale por 2,80 euros, quienes no están empadronados y por lo tanto no tienen la identificación han de pagar un mínimo de 25 minutos a 1,10 euros, mientras que el máximo tiempo permitido de estacionamiento son dos horas, que salen 3,30 euros.

Precisamente las personas que trabajan en Ciutat Vella y muchos de los comerciantes que tienen sus negocios en el distrito reclaman al Ayuntamiento de Valencia que les incluya en el grupo de «autorizados» en la futura reforma de la ordenanza sobre la zona, tal y como recogía Levante-EMV.

El tráfico «oportunista»

La Concejalía de Movilidad Sostenible considera que para acabar con el «tráfico oportunista» que se genera esta zona, lo ideal es dejarla exclusivamente para residentes. La medida, que aplauden los vecinos, no la comparten los hosteleros, ya que muchas de sus clientes utilizan estas plazas cuando ha finalizado el periodo de regulación de pago, de 14 a 16 horas, y de 20 a 9 horas del día siguiente.

Pero desde la delegación de Movilidad Sostenible consideran que es fundamental terminar con este tráfico oportunista que afecta en exclusiva a Ciutat Vella para pacificar todo el centro histórico, ya que mientras los usuarios no residentes sepan que pueden aparcar, aunque sea por tiempo limitado, seguirán accediendo a muchas de las calles reguladas por la zona naranja.

La modificación de la ordenanza que regula la zona naranja todavía tardará algunos meses en realizarse, entre otras cosas porque el gobierno municipal quiere hacer una revisión profunda de las normas que rigen la circulación de la ciudad y para ello quiere poner en marcha un proceso de participación ciudadana que alcance el máximo consenso posible.