La Policía Nacional detuvo el pasado jueves a una mujer de 33 años y de origen venezolano, que, supuestamente, se habría enganchado de forma ilegal al cableado del alumbrado público, lo que provocó un cortocircuito seguido de un gran incendio que dañó la fachada de varios edificios de la calle Enrique Navarro. Además, alrededor de 3.500 usuarios se quedaron sin el suministro de telefonía, televisión por cable e internet.

El incendio ocurrió alrededor de las nueve de la noche del pasado 12 de abril, cuando el transformador eléctrico de la calle Enrique Navarro, a la altura del número 22, empezó a arder. El fuego recorrió los cables de una esquina de la calle a otra donde finalmente se produjo un gran incendio del que todavía se pueden ver rastros.

Así, las fachadas de varias viviendas quedaron afectadas por el fuego, aunque ya han sido repintadas. «A nosotros nos avisaron los del bar de lo que estaba pasando, el fuego era exagerado», relata una vecina residente cerca del punto de inicio del incendio.

La caja de registros de la calle Enrique Navarro, habría sido el punto de inicio en este incendio según fuentes policiales. Al parecer, ésta habría sido manipulada utilizando varias petacas. De hecho, la arrestada, que carecía de conocimientos técnicos sobre electricidad, se conectó a toda la maraña de cables, lo que produjo una sobrecarga y un cortocircuito posterior que derivó en el incendio de los cables de la red de telefonía e internet además del acceso a la televisión por cable.

El establecimiento más cercano a la caja de registro de la luz, I.E.B. -y que ni siquiera había abierto aún al público- fue el más perjudicado: el plástico del toldo se derritió y cayó sobre el letrero, dejándolo deformado.

El tramo de fachada de encima de la farmacia de la esquina de la calle Mistral fue uno de los puntos en los que los bomberos tuvieron que centrar sus esfuerzos, ya que el incendio alcanzó grandes dimensiones. «El fuego corrió por todos los cables como una traca y se propagó rápidamente a lo largo de la calle», relata una de las empleadas del establecimiento. El único negocio que quedó a salvo fue Goatxa, un local especializado en serigrafía de camisetas.

El fuego también provocó daños en una farola y en vehículos cercanos, valorados en unos 20.000 euros en una primera estimación, además de dejar sin conexión de telefonía e internet a un total de 3.500 usuarios de la zona. «Yo estuve sin acceso a todos estos servicios hasta el sábado», se queja una vecina.

La arrestada, a la que no le constaban antecedentes policiales, fue detenida como presunta autora de un delito de usurpación de fluido eléctrico y daños. Fue puesta en libertad tras prestar declaración ante la policía.