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Histórica talla

El tapiz de flor refleja la traslación de la Virgen a su nueva capilla

En 1667 se inauguró la nueva capilla y la multitud participó en la procesión que duró seis horas

El tapiz de flor refleja la traslación de la Virgen a su nueva capilla

El tapiz de flor ha quedado hermoso, bien dibujado, con más luz y brillo, y con un rostro de la Virgen precioso. La estampa remite hermosamente a un hecho importante en la historia de la venerada e histórica talla. El capítulo XVIII de las primitivas Constituciones de la Cofradía de «Nostra Dona Sancta Maria dels Ignoscens» mandaba que «haja per cap e Patrona la Iglesia del Spital dels Folls». En dicho templo tuvo su primera capilla en 1418 la Cofradía y en ella comenzó a ser venerada la Virgen. En 1428, se sabe que en dicha capilla había una imagen de la Virgen corpórea, con toda seguridad la histórica. Por ello no puede ser, como a veces se cree, que el Capitulet fuera la primitiva capilla. En 1438, existía el «oratori de la capelleta del pont de Carraixet», cuyas obras pagó el Consell de la Ciutat, donde se veneraba la Virgen pintada en una tabla.

En 1440 se construyó dentro del recinto del hospital una capilla exclusivamente para «Madona Sancta Maria dels Ignoscens», pegada a la Iglesia del Hospital, separada por una verja de hierro.

En 1489, el Cabildo de la Catedral concedió a la «Lloable Confraria de Nostra Dona Sancta Maria dels Ignoscens» lugar donde venerar la imagen de la Virgen de los Desamparados. Desde 1448, a la Cofradía se le había dado el privilegio de enterrar los cadáveres de los ahogados y tenía una fosa sepulcral junto a la Catedral «davant lo Capitol, apres la cappela de Sent Luis», entrada a la calle de la Barchilla. La capilla era pequeña y exterior sin comunicación con la Catedral, y estaba bajo la tercera arcada de la llamada obra nueva. La cerraba una verja de madera, donde en principio se puso un retablo de la Virgen de los Inocentes.

En 1495, como arreciaran las disputas entre Cofradía y la Junta del Hospital, la Cofradía decidió hacer un nuevo centro hospitalario en els patis de en Bru un nuevo complejo hospitalario con su Iglesia. En 1497, Junta y Cofradía hicieron las paces y ésta volvió a la capilla de la Iglesia del Hospital.

En 1594, la Cofradía habilitó una de las antiguas capillas como oratorio donde venerar permanentemente la Imagen de la Virgen, que es la que hoy conocemos como la del Capitulet, que sería donde la Cofradía haría los Capítulos Generales.

A comienzos del siglo XVII, cuenta el historiador de la Virgen, el médico José Rodrigo Pertegás, cuando la devoción a la Virgen de los Desamparados «fue general y unánime en los valencianos, al ver en tan venerada Imagen la más segura prenda de la protección divina, fue cuando se recurrió a ella solemne y ostentosamente, solicitando su auxilio en las calamidades públicas y en las necesidades de la nación, o en rendida acción de gracias por los beneficios que les había concedido». En 1623 se puso en la capilla externa de la catedral la imagen corpórea de la Virgen y se quitó la tabla pintada con su imagen.

En 1632, el rey Felipe IV pasó por Valencia, camino de Barcelona e hizo una visita a la capilla de la Virgen. El cronista Pastor y Rodríguez cuenta que «honda admiración causó en el ánimo del Rey la extrema pobreza y estrechez del local, y no pudo menos de manifestar cuánto extrañaba que Imagen tan preciosa, el ángel tutelar de los valencianos, ocupase un sitio tan mezquino». El rey quedó impresionado de la imagen y su historia y al día siguiente volvió a la capilla, asistiendo a misa. «Fue, sin duda -dice Rodrigo Pertegás-origen de la devoción del Rey a nuestra Patrona, cuya poderosa intercesión imploró desde entonces para el acierto en los más difíciles y apurados trances de la política y de la guerra». A raíz de esta visita y de la victoria de las tropas nacionales en Fuenterrabía y Tortosa contra franceses y catalanes, surgió la idea de «construir de planta una nueva capilla, digna de la Santísima Virgen de los Desamparados, de capacidad y condiciones apropiadas para poder dedicarle solemnemente el culto con la amplitud, comodidad y decoro que todos desean».

Proyecto de la nueva capilla

En 1644, 10 de abril, la Cofradía y el Virrey Conde de Arcos iniciaron el proyecto de la nueva Capilla, eligiéndose las casas del Arcediano junto a la Catedral para su enclave. Un total de 142 cofrades votó por la idea de construirla junto a la Catedral y 20 votaron a favor de que fuera edificada junto al Hospital.

Corría el año 1667 cuando se inauguró la nueva Capilla, aún sin terminar, pues le faltaba toda la decoración interior y elementos indispensables para desarrollar el culto. Había ganas de instalar de manera a la Virgen en su nueva casa. Y fueron programadas fiestas para celebrar el acontecimiento, para lo que el Consell General de la Ciutat, por acuerdo de 4 de abril de dicho año, dispuso un presupuesto de 2.500 libras valencianas, las que al no tenerlas sacó de un impuesto extraordinario sobre el consumo de aguardiente en las tabernas. El Gremio de Labradores que de los beneficios de la venta de la seda de sus gusanos había ayudado a costear la construcción de la Capilla, también contribuyó a pagar los festejos.

Hubo crida animando a tener limpias las calles de la carrera de la procesión y decoradas las fachadas de las casas de su decurso, a construir altares y arcos monumentales que entrarían en concurso de premios. Se quería resultara unos actos «como fiestas propias de la Ciudad, un castillo de fuegos artificiales en el Mercado, que se había de disparar cuando por allí pasara la procesión, y corridas de toros reales en la misma plaza en los días siguientes». El bando anunciando las solemnes fiestas fue enviado a todos los pueblos del Reino de Valencia.

Algunos de los actos previstos, como la propia procesión de traslado de capillas fueron pospuestos a causa de las fuertes lluvias caídas en las fechas inicialmente previstas, segundo fin de semana de mayo. El día 15 fue el del propio traslado procesional, se utilizó el itinerario habitual de la procesión de Corpus, que abrieron las Rocas del Santísimo Sacramento, la Purísima Concepción y san Vicente Ferrer, seguían los 33 gremios de costumbre con las andas de sus patronos, las comunidades de 12 órdenes religiosas con sus patronos en andas, los cleros de las parroquias con sus imágenes tutelares, nobles, invitados, clero catedralicio,?

La imagen era llevada en andas de plata por 12 sacerdotes revestidos de ornamentos. Tras ella, el Virrey, Jurados de la Ciudad, Gobernador, Racional y Síndicos «precedidos todos ellos de los seis maceros de la Ciudad con mazas de plata», explica Francisco de La Torre. Seis horas duró la procesión «donde la multitud se apiñaba entusiasmada aclamando como madre y protectora a la que es de todos los valencianos». En la plaza de la Seo, hoy de la Virgen, hubo función de volatines (volantineros), recitales de prestigiosos poetas a propuesta del Virrey, comedias, misas, y sermones, En una de las Misas, desde las tribunas de arriba se lanzó pétalos de flores al inicio de la Misa y en el canto del Evangelio.

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