El pliego de condiciones del aparcamiento de Brujas no será «un chollo para la empresa, ni un gran negocio para el ayuntamiento», sino «una cosa razonable» para que «se pueda inaugurar el aparcamiento lo más pronto posible». Así lo aseguró ayer el alcalde, Joan Ribó, quien anunció que se constituirá una comisión de seguimiento porque «para el ayuntamiento es un tema prioritario» pese a ser consecuencia de una decisión de su antecesora, Rita Barberá, que según Ribó ha generado un conflicto económico y jurídico «muy serio».

Una vez de propiedad municipal, el aparcamiento será, según explicó ayer el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, «pieza clave» en la movilidad de Ciutat Vella y en las nuevas políticas de peatonalización del tripartito. En el pliego de condiciones se fijará un número «proporcional» de plazas de rotación y de plazas para residentes, que es poco probable que puedan ponerse a la venta por estar construidas sobre un equipamiento público (la inacabada estación del metro de la T2).

La posibilidad de comprar las plazas de los aparcamientos municipales fue aprobada por el ayuntamiento ante el desinterés por las plazas en concesión que se ha evidenciado en los últimos años.

Las obras de la estación de la T2 y el aparcamiento se adjudicaron en 2007 pero no arrancaron hasta 2009. En 2013, se dieron por finalizadas y se sacó a licitación el parking. El proceso quedó desierto por las elevadas cargas.