A pesar de ser un balneario de lujo, la concesionaria enfocó el negocio hacia un modelo mixto «para poder dar servicio a todos los públicos». Firmó un acuerdo con Bienestar Social, que financia la mitad de los tratamientos (supone un 2% del negocio) para pensionistas, y ha tratado de lograr nuevos acuerdos con otras áreas, como la Fundación Deportiva Municipal, aunque sin éxito. Si hubieran firmado otros convencios la facturación hubiera aumentado al 6%. Eso y una rebaja del canon a las perspectivas reales de ingresos, que se quedaría en 25.000 euros anuales, hubiera permitido sobrevivir a la concesión, explicaban ayer fuentes de la empresa. j. b. roig valencia