La Asociación Arquitectúria ha solicitado por escrito al alcalde de Valencia Joan Ribó la adhesión oficial de la ciudad a la Carta Internacional del Caminar, promovida por la asociación sin ánimo de lucro Walk21. Esta carta «identifica las necesidades de los peatones y proporciona un marco común para ayudar a las autoridades a reorientar sus políticas actuales para crear una cultura donde la gente elija caminar». Así lo explicó ayer en un comunicado el colectivo ciudadano Arquitectúria, que agrupa a varios profesionales de la arquitectura.

Arquitectúria recuerda que caminar es el modo que mayoritariamente se emplea en Valencia para los desplazamientos urbanos. Según datos del Plan de Movilidad Sostenible municipal, la ciudad posee una densidad que lo convierte en el modo más inteligente de desplazamiento. Su casco urbano se cruza en 10 minutos, desde el centro se alcanza la huerta en 20 minutos y se llega al mar, paseando, en media hora. Los beneficios para la salud de las personas son varios y entre ellos destaca que cuanta más gente camina más disminuyen las emisiones por el tráfico motorizado y, además, las personas activan la circulación mejorando su salud. Sin embargo, destaca el colectivo de arquitectos, las condiciones para caminar de Valencia, peses a las políticas de peatonalización que se han puesto ya en marcha en entornos como la Lonja y Serranos, «no son óptimas». «El reparto de espacio en las calles favorece el tráfico de vehículos a motor, configurando aceras mínimas, sobre ellas mobiliario urbano, mesas de hostelería, maceteros son algunos de los obstáculos que las estrechan». Añaden que «los itinerarios peatonales establecidos pueden llegar a ser laberínticos en pro de la fluidez del tráfico, distanciándose pasos de cebra más de 256 metros en la ronda interior, 300 metros en la prolongación de la Alameda o 350 metros en el Paseo de la Petxina. «La seguridad y la accesibilidad son necesariamente mejorables en estos y otros puntos singulares de la ciudad», destaca el portavoz de Arquitectúria, José Luis Gisbert. También denuncia el colectivo la existencia de vehículos detenidos sobre el espacio peatonal para comodidad de sus conductores, o la carga y descarga «furtiva», que afectan a la seguridad y accesibilidad de peatones y que cabe corregir sancionando y reprogramando las calles.

La firma de la Carta por el Caminar debe ir acompañada de actuaciones en el contexto de la propia ciudad. Arquitectúria invita a todas las personas, asociaciones y entidades a contribuir en la identificación de los aspectos o lugares susceptibles de mejora respecto a la seguridad y calidad peatonal en la web www.arquitecturia.org.