El trazado de 4,7 kilómetros del futuro anillo ciclista tendrá una importante afección sobre el tráfico rodado ya que, en general, un carril que ahora usan los vehículos a motor pasará a ser en exclusiva para las bicicletas. Tendrá 2,5 metros de ancho y estará segregado del resto de líneas de la calzada por un bordillo de hormigón que garantiza la seguridad de los usuarios.

No es casualidad que la Concejalía de Movilidad Sostenible haya apostado por un carril bici ancho y de doble sentido. No solo servirá para fomentar el uso de este medio de locomoción, sino que forma parte del plan municipal para reducir el uso del vehículo a motor. Pero mientras ese cambio de mentalidad impregna en la sociedad valenciana, el periodo de transición podría conllevar ciertas fricciones.

El carril bici, con unos 70.000 usuarios diarios (y aumentando cada día) se ha ganado el derecho a compartir su espacio con todas las garantías frente a otros medios. Traducido al anillo ciclista, significa que los coches perderán un carril en casi toda la ronda interior. En la mayoría del trayecto no supondrá un gran problema, pero existen cuatro puntos «calientes» por la particular estructura de las calles.

Sin duda alguna el lugar más conflictivo será un pequeño tramo de unos 150 metros que coinciden con el túnel de Guillem de Castro que desemboca en Ángel Guimerá. En ese punto, en el cruce con la calle Jesús, dos carriles se reservan para el paso subterráneo, mientras que otros tres quedan para el tráfico que prosigue su camino por Guilllem de Castro. En el futuro de los tres carriles actuales (ninguno de ellos en exclusiva para la EMT) se pasará a dos. Los técnicos de la Concejalía de Movilidad Sostenible se debaten si dejar una de las líneas para el bus y otra para el resto del tráfico, o las dos «abiertas». Aseguran que no está decidido aún.

Curiosamente los problemas que se generan en esa zona hoy en día se debe al elevado número de coches que gira a la calle Jesús. Una vez superado ese escollo, los coches pasan por al lado del túnel sin mayores problemas.

Otro de los puntos conflictivos estará a la salida del túnel de Blanquerías, donde tras unos metros prudenciales, el carril bici ocupará la línea de la izquierda. Justo después, otro lugar caliente será el paso por delante de las Torres de Serranos. Aunque Grezzi está en contra de los carriles bici sobre la acera, en esta zona deberá compartir unos 100 metros con los viandantes porque la calzada se estrecha justo donde el monumento.

El último punto complicado será en la calle Colón, la zona más comercial de la ciudad, donde se pasará de cuatro carriles a tres, incluido el bus en ambos casos.