Dos semanas después de ponerse en marcha el plan de peatonalización del entorno de las Torres de Serranos, que se ha extendido a todo el barrio de la Seu y gran parte de la Xerea, el tráfico rodado ha disminuido más de un 75 por ciento, según ha podido comprobar este periódico in situ. Además, tan solo la mitad de los vehículos que acceden a la zona restringida son privados „coches o motos„, mientras que el resto corresponden a servicios de reparto o servicios y taxistas.

Si la calle Serranos, principal vía de entrada a la Seu y el Carmen, soportaba antes de su reordenación el paso de casi 5.000 vehículos diarios, es decir, unos 200 a la hora, esa cifra ahora se ha reducido drásticamente. De 10:45 a 11:45 horas, este periódico anotó cada uno de los accesos que se producían desde la calle Salvador (ahora única vía de entrada) en la nueva zona para viandantes. En una hora completa penetraron en total 50 vehículos, de los que aproximadamente la mitad eran usuarios privados, sin capacidad para distinguir entre residentes o tráfico de paso. La otra mitad correspondían a furgonetas de reparto o del sector servicios „lavanderías, ascensores, etc„ y taxistas, además de un par de coches oficiales que aparcaron en el Palau de la Generalitat.

El control realizado por este periódico se hizo coincidiendo con la hora límite permitida para que puedan circular los vehículos de reparto (hasta las 11 horas), pero de momento no se respeta esta limitación y casi alcanzado el mediodía todavía penetraban vehículos de carga y descarga.

Tras la nueva reordenación, la calle con mayor número de vehículos es Salvador. Solo una tercera parte de los coches o motocicletas que utilizan esta vía giran hacia la plaza de la Virgen o Serranos; la mayoría se desvía hacia la calle del Almudín.

En Serranos el paso de vehículos prácticamente ha desaparecido. Alguna furgoneta de reparto y poco más. Y las decenas de motos que aparcaban en la plaza de la Virgen o en la plaza de Manises, ya no están. La mayoría aparca en los estacionamientos habilitados en el entorno de las Torres que, por cierto, están ya saturados y muchos usuarios aparcan en las aceras. La Concejalía de Movilidad Sostenible se ha comprometido a aumentar en las próximas semanas el número de plazas disponibles.

Pero lo más llamativo es que, pese a ser una nueva zona peatonal, los viandantes aún caminan por las aceras pese a que pueden usar la calzada y algunos incluso miran para cruzar.

Los vecinos piden más presencia de policías locales para controlar los accesos a las zonas peatonales. Dicen que, tras los primeros días, el control ha bajado.