La Autoridad Portuaria de Valencia (APV) y el ayuntamiento cerraron ayer, a falta de «algunos flecos», un acuerdo para la reordenación de la frontera sur del puerto con la ciudad que el presidente de la APV, Aurelio Martínez, calificó de «histórico». En base al preacuerdo alcanzado ayer en la comisión del Consejo de Administración para la Integración Territorial, el puerto se compromete a desplazar la rotonda que construyó sobre la desembocadura del viejo cauce para poder culminar el Jardín del Turia con un gran parque de desembocadura «simétrico» al parque de Cabecera. Se descubrirá parte de la desembocadura histórica cegada por el puerto, si bien el cauce no llegará hasta el mar porque el puerto exige que se respeten el muelle del Turia y las conexiones ferroviarias existentes.

Además de devolver a la ciudad espacio en la desembocadura para un gran parque a ambos lados de las marginales del cauce, el puerto se compromete a ceder zonas verdes y deportivas en Natzaret con una superficie «mayor que la del jardín de Viveros». Así lo afirmó Aurelio Martínez, quien aseguró que con este acuerdo se resuelve «una deuda histórica» con Natzaret que perdió su playa por la expansión portuaria.

En la negociación, el ayuntamiento de Valencia, gobernado por Compromís, PSPV y Valencia en Comú, cede en sus aspiraciones de una reversión parcial de la Zona de Actividad Logística (ZAL), tal como planteó Joan Ribó durante la campaña electoral. En relación a la ZAL, el Puerto y la ciudad acordaron ayer, según explicó Ribó, «crear un gran corredor verde desde la Ciudad de las Artes hasta Pinedo», ampliando el carril bici existente. En este sentido, el alcalde anunció que se abrirá un proceso participativo para ver qué quieren los ciudadanos y se presentarán alegaciones cuando el nuevo plan especial de la ZAL se remita a la Conselleria de Medio Ambiente. Ribó aseguró ayer que la ZAL «no es algo que parta de cero, se han hecho las obras y es una realidad, además es una oportunidad económica». En este sentido, el concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, explicó que aunque el ayuntamiento va a ser realista va a reclamar al puerto la creación de un corredor verde, con zonas pisables y un tratamiento del paisaje que complete la conexión de la desembocadura y el parque de Natzaret con el Saler. Ribó valoró los avances realizados ayer y la predisposición por primera vez en muchos años del puerto a negociar con la ciudad. Aurelio Martínez destacó que el puerto quiere dejar de vivir de espaldas a la ciudad y abogó por un «acuerdo global y ambicioso» que incluya Natzaret y también la ZAL.