La mayoría de las tiendas y espacios de restauración del centro Comercial Arena abrieron ayer sus puertas con total normalidad. Tras un conflicto con las administraciones que se ha saldado con la vuelta de la libertad comercial horaria al barrio de Orriols tras interponer un recurso al cambio de statu quo, el 95 % de los comercios siguió las directrices marcadas por la gerencia. Aunque el día 15 ya podían hacerlo, lo cierto es que fue ayer cuando la mayor parte de las empresas de la zona apostó por subir la persiana de nuevo durante el último día de la semana. Y la gente respondió.

Tan sólo el supermercado de la cadena Carrefour „ tal y como ocurriera hace siete días„ permaneció sin actividad. La firma de origen francés cumple así con el acuerdo pactado entre la patronal de las grandes superficies (Anged) y el Ayuntamiento de Valencia. Al menos, de momento.

Sin embargo, el resto de establecimientos sí contó esta vez con tiempo suficiente para cuadrar horarios o cerrar nuevas contrataciones para estos días «especiales» y los clientes pudieron disfrutar de su oferta sin problemas.

Tal fue el caso de Ángel y Silvia, que esperaban con sus bolsas en la zona de actividades para el público infantil. Consultados por su estancia en el centro comercial explicaron que «vivimos cerca y la verdad es que nos es muy cómodo pasarnos, tomar algo y comprar aquello que necesitemos o darnos un capricho. Además, hay mucha oferta lúdica para los más pequeños de la casa y esto es algo se agradece mucho».

A su vez, no esquivaron la peliaguda cuestión del derecho al descanso de los trabajadores. Ángel explicó que «es cierto que puede haber un cierto debate, pero yo trabajo esta noche también. Mi postura puede parecer un poco incoherente, pero yo estoy muy cómodo viniendo los domingos aquí con mi familia».

En términos similares se movieron María y Daison, que paseaban entre las tiendas con varias bolsas en las manos: «Los dos trabajamos muchas horas entre semana y este es uno de los momentos que tenemos para venir y comprar... no entendemos la polémica que ha habido, la verdad».

La otra perspectiva

La mayoría de compradores parece ser que agradecen tener un día más para acudir a las tiendas y hacer alguna adquisición. La pregunta es: ¿Cómo ven la situación los trabajadores?, gran colectivo damnificado por los recientes vaivenes en la normativa de horarios comerciales en la ciudad del Cap i Casal.

«Aún es pronto para dar un dato concreto, pero lo cierto es que hay bastante gente entrando. Y eso siempre es bueno, de hecho esperamos que vengan más. Eso sí, no podemos compararnos con la semana pasada porque no llegamos a abrir». La que habla es una dependienta de una tienda de productos infantiles que prefiere seguir en el anonimato.

Consultada sobre las posibles nuevas cargas en el horario laboral, explica que «hoy „ayer para el lector„ es un día especial porque estamos nosotras, que también vendemos entre semana. La gerencia de nuestra tienda hizo contratos para los domingos y festivos que luego se cancelaron al no poder abrir por los cambios de las administraciones. Creo que ahora volverán a actuar igual, aunque no lo puedo confirmar. No es cosa mía», apuntó después de atender a un posible comprador.

Esta misma posición fue la defendida por la responsable de una tienda emplazada en un rincón contiguo. «En nuestro caso lo que hicimos fue reordenar las horas de la plantilla y al haber un día menos algunos sueldos se vieron perjudicados, espero que ahora todo vuelva a ser igual».

Todo apunta a que en el Centro Comercial Arena lo tienen claro. Fuentes del complejo explicaron que «el domingo es el segundo mejor día de la semana, solo superado por el sábado. De media pueden venir hasta unas 17.000 personas con picos de asistencia de hasta 22.000».

Otra de sus tesis se centra en el «agravio comparativo» que generó la normativa ya tumbada: «No tiene sentido que unos puedan abrir y otros no. Tratarnos a todos por igual es más equitativo y así se está haciendo ahora».

Por último, otra de las grandes superficies que respetó de nuevo ayer el pacto con la ciudad fue el Corte Inglés, cuyos almacenes en Nuevo Centro permanecieron cerrados. Decathlon, por su parte, sí abrió sus puertas así como los negocios de la galería comercial.