Los portavoces de los cinco grupos con representación en el Ayuntamiento de Valencia analizaron ayer el primer año de gobierno municipal con balances absolutamente enfrentados. La oposición hizo un resumen negativo, acusando al tripartito de no saber gestionar y de dividir a la ciudadanía, mientras que los partidos de gobierno pusieron en valor los logros conseguidos en este primer año de gobierno y respondieron a las acusaciones de la oposición, en concreto al PP, recordando la delicada situación política de sus concejales.

En el debate, organizado por Radio Valencia Cadena Ser y grabado en la Universitat de Valencia, representó al PP Eusebio Monzó, que recordó que algunos logros del nuevo gobierno han sido posibles gracias a la herencia que dejó su partido. Monzó pidió perdón por la corrupción y exigió respeto a las señas de identidad.

Por su lado, Fernando Giner, de Ciudadanos, puso el acento en las oportunidades que se han perdido en este año y en la impaciencia que cunde en el Cabanyal.

Por parte del gobierno, Jordi Peris, de València en Comú, destacó el giro social de las políticas municipales y el hecho de que Valencia sea una ciudad sin desahucios, mientras que Joan Calabuig, del PSPV, se marcó como principal reto la creación de empleo y defendió la subida del IBI porque «los que más tienen no eran los que más pagaban». Finalmente, en nombre de Compromís Pere Fuset criticó que «el PP use la fe y las fiestas como elemento de crispación» entre los ciudadanos.