El Colegio del Arte Mayor de la Seda cumplió ayer treinta y cinco años de su declaración en un real decreto de 1981 como monumento histórico artístico de carácter nacional. Así lo recordaba ayer el popular José María Chiquillo, quien se congratulaba de la fecha en plena cuenta atrás para que el edificio se abra al público tras su restauración por parte de la Fundación Hortensia Herrero.

De la mano del capital privado, el inmueble de la calle Hospital, junto a Barón de Cárcer, ha recuperado el esplendor que tuvo en el Siglo de Oro valenciano. Sobre el recorrido museográfico, el presidente del Colegio del Arte Mayor de la seda de Valencia, Vicente Genovés, adelantaba que se va a «recrear la historia de la seda en Valencia, cómo entra a finales del siglo VIII y principios del IX de la mano de los árabes y su momento de máximo apogeo en el XVIII».

Tanto la Agencia de Turismo como el Ayuntamento de Valencia pretenden explotar la ruta de la seda como reclamo de un turismo de cariz patrimonial. Sin ir más lejos, en una muestra más ayer se presentó un disco de música «chill out» compuesto por pinchadiscos y productores valencianos que servirá para promocionar la Ruta de la Seda a través de canciones relajantes y sonidos inspirados en la Albufera, la Lonja, el mar y la Ruta, según la Generalitat Valenciana. Se trata de «Mar de Seda», del que la Agència Valenciana del Turisme ha producido 3.000 unidades que difundirá de manera gratuita en diferentes eventos mientras la productora del trabajo, la valenciana Uveefeuve, lo subirá a Spotify y iTunes, donde se podrá descargar también a un precio reducido. Los ingresos se donarán al Colegio del Arte Mayor. El Festival de les Arts de Valencia también lo promocionará.