El Mercado Central de Valencia hará entrega a Joan Ribó de más 2.000 firmas de clientes y vecinos, 200 vendedores y 30 comercios del entorno para que se replantee la accesibilidad a la plaza del mercado, ya que la peatonalización de la zona está siendo «nefasta» para sus intereses económicos. Francisco Dasí, presidente de la Asociación de Vendedores del Mercado Central, ha remitido una carta al alcalde en la que le detalla las consecuencias «negativas»de la política de movilidad puesta en marcha en la zona de la Lonja.

Los vendedores plantean a Ribó que no continúe con la restricción del acceso en coche al centro hasta no disponer de «un plan completo» para clientes, vecinos y carga y descarga, así como recuperar las paradas de autobús en la plaza del Mercado y el acceso en autobús por ambas fachadas. Bajo el lema «jo vull anar al mercat en bus», defienden como «vital» recuperar para el entorno del mercado una posibilidad de transporte público «adecuada a la demanda», que podría ser un tipo de vehículos menos contaminante y más pequeño.

La Asociación de Vendedores del Mercado Central le indica a Ribó que espera que tenga «la deferencia» de acercarse al mercado «como hacía antes con tanta frecuencia», para conocer sus problemas y poder plantearle sus reivindicaciones

Las consecuencias de la peatonalización, en su opinión, están siendo «nefastas» para los intereses económicos del mercado y de todos los comercios del entorno. Afirman que el argumento de proteger la Lonja «nunca debió servir para asfixiar» el acceso de vehículos al entorno y «pasar por encima» de una realidad «también patrimonial», además de económica, social y comercial, como es el Mercado Central.

«Los monumentos patrimonio de la Unesco pueden convivir con realidades urbanas propias de cada ciudad, y con sus necesidades de movilidad, y no por ello puede suponerse que no están reconocidos o puestos en valor», manifiestan, mientras aportan en su documento fotos de ejemplos en ciudades como Roma o Segovia. Los clientes, añaden, exponen a los vendedores las molestias en los accesos por las colas en San Vicente, los desvíos en la avenida María Cristina o las dificultades por el alejamiento de las paradas de autobuses.

«Estamos seguros que si algunos de los miembros de su Gobierno y de los asesores de movilidad tuvieran que venir en su coche a hacer la comprar para su familia, o venir en autobús para llevarse de nuestro mercado algunos de nuestros productos, tendrían más empatía hacia nuestro problema con la accesibilidad en condiciones al Mercado Central», apuntaban. En su escrito se quejan de que hace dos años había cinco líneas (7, 27, 28, 81 y 60) y dos paradas de autobús en la puerta del mercado, y hoy existe una sola parada que, según la asociación es para las líneas (7 y 27).