Los vecinos de La Torre llevan varios días recogiendo firmas contra la decisión municipal de sustituir la biblioteca municipal por una agencia de lectura. Iván García Esteve recordaba ayer que las bibliotecas no son meros espacios donde se prestan libros, «sino lugares donde se desarrollan actividades culturales». Algo de lo que ahora el consistorio quiere privarles, sostiene. García Esteve asegura que la solicitud a la concejala del ramo, María Oliver, no es otra que la de que «corrijan este caso». «No pueden dejarnos sin biblioteca y reducir a veinte horas a la semana el préstamo de libros», incidía este vecino de la pedanía de La Torre.

Como se recordará, el Ayuntamiento de Valencia, a través de la concejalía de Acción Cultural, ha elaborado un plan para reorganizar la red de bibliotecas municipales de la ciudad, «con la intención de optimizar estos recursos, de acercarlos a la ciudadanía, y de convertirlos en auténticos centros culturales». Con este plan, se pasará a 17 bibliotecas y 14 espacios o agencias de lectura, explicaba Oliver hace una semana y quien subrayaba que no se cerrará ninguno de estos centros.

Consciente del malestar que esta medida podía generar en determinados barrios y especialmente en las pedanías, la edil de València en Comú, aseguraba que todos los barrios «tendrán un espacio con las características físicas propias de una biblioteca, que estará mejor dotada, contará con el personal suficiente para dar un buen servicio, y con un equipo de profesionales funcionarios con suficiente autonomía para decidir las actividades, el horario, y el personal de los espacios de lectura que actuarán como satélite de esa biblioteca central de barrio». Oliver ya explicaba la intención de tener una biblioteca al centro de la ciudad y dar a las pedanías una gestión especial.