­El Corpus de 2016 verá de nuevo en la calle la roca Valencia. Es una de las pertenecientes a la época moderna „del siglo XIX„, pero llevaba cinco años en cocheras después que se desaconsejara su exhibición pública antes de que se procediera a una restauración de la misma. Ésta ha finalizado y el carro, construido en 1855 con motivo del cuarto centenario de la canonización de San Vicente Ferrer, volverá a formar parte del cortejo.

El Instituto Universitario de Restauración del Patrimonio de la Universitat Politècnica de València ha llevado a cabo la particular puesta a punto de la Roca. Los trabajos más importantes corresponden al remate de la misma, con la estatua de la matrona que representa a la ciudad, que con el paso de los años se había hundido de forma notable en su parte posterior. Ha habido que actuar desde el interior del carro y en concreto, a través del «cadafal» central sobre el que se asienta la estatua, y al que se accede desde los bajos del carro. Y es que las rocas esconden en su interior un complejo sistema de carpintería.

Las rocas se dividen en dos grandes grupos de edad, unas datadas en el Siglo XVI y otras en las dos últimas centurias. De estas últimas sí que se tiene la constancia de que mantienen una parte importante de sus elementos iniciales a pesar de que ya han pasado varias restauraciones.

Carcoma y microorganismos

Toni Colomina, como restaurador principal, reconocía que los trabajos sirven para «garantizar la estabilidad de la roca y que tenga unos mínimos para volver a ser exhibida y que vuelva a ser tirada por caballos. De hecho, ha sido inspeccionada por un carretero, que le ha dado el visto bueno». Colomina recalca que esta roca tiene el mismo problema que las demás: el deterioro de la madera, consecuencia del paso de los años, la humedad, el calor? las condiciones de una ciudad con unas coordenadas ambientales complicadas, a lo que hay que añadir el deterioro que sufrieron durante la Riada de 1957, así como las restauraciones y retoques acumulados, no todos afortunados. «No podemos engañarnos: las rocas reúnen unas condiciones que las hacen proclives a ser un lugar donde campen la carcoma y los microorganismos. Una restauración integral, que sacara los colores primigenios, supondría un trabajo mucho más completo. Estaríamos hablando de un año por roca, aproximadamente. Aquí se notan unas purpurinas y unas tonalidades que se nota que son añadidos». Un vistazo a la parte inferior de los carros deja al descubierto los agujeros en la madera.

La roca Valencia tiene la característica de «no tener un carácter puramente religioso. La Valencia y la Fama son únicas en ese sentido». Otra característica llamativa de la roca Valencia es que «en la misma se utilizaron fragmentos de la antigua Casa de la Ciudad. La restauración de la roca Valencia es la actuación más importante de las realizadas este año por iniciativa del ayuntamiento, que han incluido también trabajos de mejora en las rocas de San Miguel, Diablera y la Purísima, todas ellas datadas en el Siglo XVI.