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Puro surrealismo

Puro surrealismo

Debo incluirme en el listado de aquellos que vivieron con gran pasión el seguimiento de las pasadas elecciones generales del mes de marzo y que ahora ven con incertidumbre, incluso con una gran dosis de hastío, las que se avecinan a finales de mes. Quizá porque esperábamos más nivel y mayor profundidad por parte de los líderes y de los partidos, que acabaron por trasladar a la ciudadanía dudosas estrategias, tratando de hacernos ver con pactos y pantomimas que había posibilidad de evitar la nueva convocatoria de elecciones. No era así. Esperábamos con ganas una decisión unánime que permitiera reducir a la mitad de tiempo la nueva campaña electoral, por aquello de que poco van a cambiar los programas con tan solo unos meses de diferencia y ahorrarnos aguantar de nuevo más de lo mismo en cuanto a promesas y ataques frontales. Pero no.

Ciudadanos no ha querido perder ni un minuto y ya camina por la precampaña como pez en el agua. Primero con la visita de Albert Rivera a Venezuela, donde se concentra toda la solidaridad de los líderes políticos estatales y de sus partidos, denunciando la falta de democracia, los recortes en derechos humanos y la escasez de recursos, aunque queda claro que detrás se esconde una dura estrategia para comparar el programa de Podemos con la situación actual del país. Veremos cuánta atención acapara Venezuela si los resultados del 26 de junio no son benévolos con el partido de Iglesias y éste deja de ser una amenaza para el resto de formaciones.

El lunes corrió como la pólvora el video promocional de Ciudadanos de cara a estos nuevos comicios. Puede valer aquello de que todo está ya inventado, y ser original es algo así como una especie de privilegio que rara vez se da en estos días. A la recreación costumbrista de varios personajes en un bar se le puede achacar que de siete en total solo aparezcan una mujer y ningún extranjero: mucho costumbrismo mezclado con escasa conciencia de la realidad. El paralelismo del personaje negativo y vago con coleta es la nota más divertida, que aúpa el video hacia el top del surrealismo.

Sin salirnos de este concepto, el mismo partido protagonizó la pasada semana, en el pleno municipal del Ajuntament de Valéncia, una nueva polémica. Criticaba y pedía explicaciones a los actuales gestores por la contratación de un grupo, Senior i el Cor Brutal, dentro de los conciertos de la Feria de Julio, aludiendo a la afinidad del líder del mismo con Compromís y remarcando y criticando la canción del propio autor titulada «València, eres una puta» como una ofensa a la ciudad.

Todo indica que seguimos con el bajo nivel y la superficialidad. No resulta extraño en tiempos de inmediatez, donde con el titular se da por sabida la información y no se aboga por profundizar más en las cosas. Nada tiene que ver el título de la canción con el contenido de la misma, pero todo vale con tal de polemizar. Mal si quien pidió estas explicaciones no tuvo a bien, por aquello de documentarse, escuchar y analizar la letra previamente. Peor si lo hizo pero pese a todo lanzó la crítica por aquello de hacer una oposición agresiva.

Poco se puede esperar de un partido, cuya líder autonómica, ahora dedicada a otras cuestiones, llamó aldeanos a buena parte de ciudadanos de la Comunitat, y que vira su estrategia continuamente al son del viento que más conviene. Pero, visto el nivel político actual, es lo que hay y tampoco debería sorprendernos.

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