La remodelación de líneas de la EMT ha sido uno de los grandes motivos de enfrentamiento entre el gobierno municipal y La Federación de Asociaciones de Vecinos. Según Alberto Mendoza (PP), la afección de los «recortes» alcanzará «a 15.000 usuarios del transporte público» y tendrá «repercusión en todos los barrios». Mendoza ponía como ejemplo de «trato discriminatorio» al cambio planteado en la línea 11, que presta servicio en el barrio de Orriols, y ha advertido que «no se puede recortar el servicio y cambiar la parada de la calle Almassora obligando con ello a los mayores a que tengan que cruzar las vías del tranvía con los riesgos que conlleva para su movilidad». Incluso Joan Calabuig (PSPV), advertía hace unos días que se han de priorizar las necesidades de los mayores.

Desde fuentes municipales se asegura que se acepta la crítica de la Federación de Asociaciones de Vecinos, «porque es una de las maneras de mejorar la calidad de vida de la ciudad». De los cambios en la EMT, aseguran que tras los estudios hechos «estamos seguros de que mejorarán el día a día de nuestros vecinos». En cuanto a los problemas de limpieza, recuerdan que las quejas «han disminuido» con el plan de choque puesto en marcha y del problema del botellón destacaban la apuesta por las mesas de convivencia.