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Universidad de la Experiencia

Toda una vida para un himno

Pilar compuso hace 17 años una melodía que ahora la universidad para mayores ha hecho suya

Veterana en la asignatura de la vida, pero inexperta en la de música, Pilar Bataller compuso hace 17 años, «aporreando» nota a nota, una original melodía que quedaría guardada en su memoria para siempre.

Ahora, tras un largo periodo de lucha e insistencia, ha logrado su objetivo: la Universidad de la Experiencia, programa educativo dirigido a mayores de 55 años, lo ha reconocido finalmente como himno oficial.

Así, lo que en su momento solo había sido una simple melodía, hoy se ha convertido en toda una composición musical presente en los pentagramas de la Universidad de la Experiencia, punto de encuentro de estudiantes -de la tercera edad, principalmente- que continúan ampliando sus conocimientos.

«El día que descubrí la Universidad de la Experiencia, para mí fue como empezar una nueva etapa universitaria que en su día no pude concluir», explica Pilar tras ser preguntada por qué tiene tanta importancia este programa para ella.

El sueño que Pilar siempre había visualizado como una armoniosa senda de esperanza fue desde su primer escalón una constante lucha para la curtida estudiante, «era prácticamente analfabeta en el aspecto musical».

Para una septuagenaria que únicamente contaba con un piano, no resultó nada sencillo componer una melodía, ajustarle una letra, las sílabas... «Tengo buen oído y, cuando pones alma, corazón y vida, la cosa sale», asegura.

Pero este «pequeño triunfo» quedó enterrado durante 17 años debido tanto a circunstancias familiares, como a la búsqueda sin éxito de algún músico que accediera a añadir «la mano izquierda» -la armonía-. «Pero yo, que amaba mucho ese himno, como la novia que espera al marinero en su puerto, todos los días lo tocaba, para que nunca se me olvidase», alega Pilar.

«Entrevistas por aquí, por allá...». Hasta que un día sonó la flauta, -o más bien el piano-, cuando la septuagenaria recibió una carta en la que su profesor de Historia de la Música de la Universidad de la Experiencia, José Alonso Dubón, le enviaba de manera altruista la armonía.

Su melodía había saltado a los pentagramas por fin; la universidad para mayores lo recibió como himno oficial, y la estudiante lo registró en la Propiedad Intelectual. Comenzaron así los ensayos con el coro de dicha universidad y, finalmente, llegó el día del estreno en el Ateneo Mercantil de Valencia.

A Pilar le resbalan lágrimas por la mejilla cuando explica cuál fue la sensación que sintió aquel día en el que escuchó el himno a lo grande y asimiló que lo había conseguido. «Es un cúmulo de tantas cosas, que es difícil de explicar. Se agolpan los sentimientos... Para mí, fue muy grande», confiesa Pilar.

Ahora, su meta es que el himno no solo suene en la Universidad de la Experiencia de Valencia, sino que también lo haga en otras ciudades y países europeos e incluso de Sudamérica. «Qué mayor ilusión que este himno se cantase, que imagino que algún día llegará, en todas estas naciones».

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