El nuevo museo de la Catedral de Valencia ha abierto hoy sus puertas al público tras casi dos años de obras y nueve desde que se inició el proceso de rehabilitación y ampliación. El nuevo espacio permite ver la Valencia romana, además de restos visigodos y árabes, y ofrece detalles único como los soterramientos en los muros de la antigua parroquia de San Pedro. Además, la exposición cuenta con más de 300 obras de arte, y algunas de ellas se exponen por primera vez, como la versión de "La Zirandella" de Antonio Allegri da Correggio, del siglo XVI, o los relicarios de la Corona de Aragón.

"Es un auténtico tesoro d ela ciudad para todo el mundo", ha asegurado en la presentación del museo el deán-presidente del Cabildo de la Catedral de Valencia, Emilio Aliaga. El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, bendecirá esta tarde el nuevo museo catedralicio. Aliaga ha añadido que la ampliación y rehabilitación del museo ha supuesto "una ocasión para corregir la funcionalidad del espacio, que además de poner en valor obras inéditas, permite visitar el subsuelo".

Por su parte, el canónigo conservador de la Seu y presidente de la comisión diocesana de Patrimonio, Jaime Sancho, ha destacado las obras que se exponen por primera vez, como "La Zirandella" o los relicarios de la Corona de Aragón. "El museo no es grande, pero sí exclusivo", ha dicho Sancho, que asegura que hay "mucho trabajpo abierto para investigadores" debido al gran número de obras que todavía están por catalogar de manera exacta.

Sancho ha remarcado que sus dos obras favoritas expuestas son el "Mal ladrón", lo único que queda del retablo renacentista de San Martín, y "La Zirandella"..

El arquitecto de la Catedral de Valencia, Salvador Vila Ferrer, ha sido el encargado de descubrir a los medios los secretos del nuevo museo, donde destaca la excavación del subsuelo, a tres metros de profundidad. Han aparecido una calle romana, de entre los siglos I y II, casas de la misma época (incluida una reja), restos visigodos y de la época árabe, o los muros y un arco de la parroquia de San Pedro (que coincidió con la construcción de la Seu), con enterramientos adosados.

Destacan otros elementos arquitectónicos como el espacio que ocupó la "Llibreria dels Borja" y su columna helicoidal más antigua que las de la Lonja de la seda, además de restos del primitivo campanario de la Seu, del siglo XIII.

La Catedral recibe unas 250.000 visitas al año y se espera que muchas de ellas pasen por el museo.