La alquería Julià, un edificio declarado Bien de Interés Cultural, ubicado en la calle Castán Tobeñas y propiedad de Bankia, amenaza ruina. El balcón de la fachada principal presenta preocupantes grietas y los vecinos han dado la voz de alerta ante el riesgo de desplome de la balconada. El concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, lleva varios meses negociando con los propietarios para que cumplan con su obligación de mantener el edificio, destinado en el PGOU a uso dotacional.

Obras urgentes

El ayuntamiento hizo un requerimiento en febrero pasado al propietario para que realizase varias obras de consolidación urgentes en la alquería por importe de 17.000 euros. El ayuntamiento ha pedido a la propiedad el saneamiento del muro de cerramiento y la restauración de los elementos ornamentales del balcón principal con rejuntado de las grietas existentes. También le reclama la reposición de los elementos de hierro y la eliminación de los elementos vegetales de las cornisas y el torreón.

Sarrià ha mantenido dos reuniones con el director Territorial de Bankia, Miguel Capdevila, instándole a rehabilitar el BIC y a destinarlo a un centro sociocultural para el barrio.

La entidad bancaria se ha comprometió en la última reunión a actuar, de hecho llegó a pedir la licencia de intervención, sin embargo, todavía no ha presentado el informe favorable preceptivo de la Dirección General de Patrimonio. El ayuntamiento descarta la expropiación del inmueble y, de momento, Bankia tampoco ha iniciado el expediente de expropiación. De hecho la alquería ha llegado a ponerse a la venta. El concejal de Desarrollo Urbano reclamó ayer a Bankia mayor compromiso con la rehabilitación del patrimonio de la ciudad.