El debate sobre la Milla de Oro se ha polarizado entre dos ideas que la benefician o la hunden. Tiene en su contra que han surgido otras zonas de la ciudad con un mejor urbanismo y más paso de personas, vitales en lo que al comercio se refiere. Y tiene también en contra que el turismo de lujo o de compras suele elegir otras ciudades para satisfacer sus necesidades en ese sentido, entre ellas la cercana Barcelona y la mítica Londres. A su favor, no obstante, tiene que la unión de un tipo de oferta, la vuelta a los gremios, se retroalimenta y atrae a determinado tipo de clientes. De hecho, hay zonas de Valencia, por ejemplo, que se están especializando en niños. En este caso el problema es ser demasiado exclusivo y ceñirse al mercado turístico, pues en Valencia quien compra es el cliente local y este tipo de cliente necesita mayor variedad, incluso dentro de la alta gama. Es el debate que existe dentro del comercio y que vale para todos los modelos.

j. p. valencia