El concurso de proyectos para la remodelación de la torre Cibeles y el patio interior de la sede del Banco España, ubicada en el madrileño paseo del Prado esquina con la calle Alcalà, ha suscitado el interés de numerosos despachos de arquitectura. El concurso convocado por el Banco de España para remodelar y suavizar la volumetría de la torre de oficinas que se construyó en los años 60 en el patio interior tiene un presupuesto de obra de cuatro millones de euros. La intervención supone un reto al que aspiran, entre otros, el arquitecto valenciano José María Tomás, que ha presentado una propuesta de reforma de la torre basada en una segunda piel de cristal tecnológico y acero. El ganador del concurso, cuyo número exacto de aspirantes no ha querido revelar el Banco de España, se conocerá el 27 de julio.
La construcción del Banco de España fue impulsada en 1882 sobre la parcela que ocupaba el Palacio del duque de Sesto adquirida entonces por tres millones de pesetas. El proyecto fue encargado a Eduardo Adaro en 1883 que, partiendo de la escasa experiencia que por entonces se tenía en la construcción de bancos nacionales, planteó un edificio de clásico influido por la tradición de la arquitectura española del siglo XIX y con escasa penetración del historicismo y las corrientes románticas de la época.
Las obras del Banco de España arrancaron en 1891 y la primera ampliación se llevó a cabo en 1927 a cargo de José Yarnoz, cuyo hijo precisamente fue el arquitecto que diseñaría en 1969, dentro de la segunda reforma del inmueble, la torre Cibeles para la que ahora se busca una nueva imagen. Yarnoz prolongó la fachada del banco e introdujo las novedades técnicas de la época. Destacan el patio de operaciones, todo un alarde estructural, así como la biblioteca, en la que destacan los fondos del Marqués de Salamanca, y las escalinatas. El Banco de España fue declarado Bien de Interés Cultural en 1999, incluida su valiosa colección de pinturas de Madrazo, Zuloaga, Maella, Sorolla y Goya.
El Banco de España fue objeto en 1978 de una tercera intervención, esta bajo la batuta del renombrado arquitecto Rafael Moneo, autor entre otras de la ampliación del Prado. Moneo fue el encargado de cerrar la manzana del Banco de España dando continuidad a la línea de fachadas existentes.
La torre Cibeles presenta problemas de desprendimientos por lo que los responsables de esta institución han planteado una intervención que respetando la estructura permita aligerar la imagen del edificio de oficinas, conectado mediante una pasarela con el Banco de España, en el que trabajan 1.800 personas. El edificio debe adaptarse a los nuevos tiempos, eliminando las barreras arquitectónicas y limpiando elementos como las escaleras de emergencia o el helipuerto „que apenas se ha utilizado y que será sustituido por una solución verde„ para ganar espacio en el patio de manzana al que se quiere dar un nuevo uso como espacio común y mejorar la eficiencia energética del edificio.
Fachada más liviana
Los arquitectos han tenido la oportunidad de visitar el edificio a remodelar antes de presentar sus propuestas. El Banco de España concertó visitas para que los arquitectos pudieran comprobar in situ el estado del edificio, que además de una nueva fachada más liviana, requiere una reordenación de los espacios interiores.
Transparencia, armonía, respecto al medio ambiente, modernidad e innovación son los conceptos que impulsan la propuesta del valenciano José María Tomás para la que será la cuarta remodelación del banco de España en sus más de cien años de historia. Su propuesta para la torre de seis alturas sólo reduce en un 3% la edificabilidad.
Tomás es autor, entre otras obras, de la ampliación de Feria Valencia y la unificación de propuestas para el PAI del Grao.
