Las peñas taurinas de las pedanías no han perdido la esperanza de seguir celebrando «bous al carrer» como lo vienen haciendo desde hace décadas. Mañana mismo tienen concertada una entrevista con los responsables municipales para pedir que se levante la prohibición y regrese la normalidad a los pueblos. Quieren llegar a un acuerdo sin necesidad de ir más allá, porque la opción de la demanda judicial sigue adelante y se preparan actos de protesta en los próximos festejos.

Si como se aprobó el viernes, la prohibición del «bou embolat» y el «bou en corda» entra en vigor el 30 de junio, tan sólo podrán celebrarse los festejos de Benimàmet, que ya han empezado este fin de semana, y el primer día de Massarrojos, el próximo 25 de junio. El segundo día, el 2 de julio, ya no podrá hacerse, lo mismo que en Benifaraig, que empiezan también en esa fecha y tienen previstos embolamientos los días 9 y 16. Luego, a lo largo del verano, le toca el turno a Carpesa y Borbotó.

De entrada, las peñas aseguran que ya tienen apalabrados los toros para estos festejos y el perjuicio económico es importante, pero su preocupación es el festejo en sí y harán mañana un último intento por llegar a un acuerdo con los responsables municipales.

Según explicó el presidente de la peña taurina de Massarrojos, «vamos a intentar convencer al alcalde de que esto es una tradición que tiene que mantenerse como toda la vida». Es, además, una celebración que «concentra a mucha gente» y que genera unos ingresos a los bares y al pueblo en general.

«Ni moratorias, ni alternativas»

Por su parte, Vicente Castelló, presidente de la peña taurina de Benifaraig, dijo no conformarse con moratorias ni con actividades alternativas. «Lo que queremos es seguir como siempre, porque hasta ahora no hay ni una sola denuncia por maltrato animal durante el bou embolat».

En caso de no lograr que prosperen sus peticiones, las peñas están dispuestas a recurrir a los juzgados y a la protesta pública. Anoche precisamente, tuvieron una reunión con la Federación de Peñas para abordar una posible demanda judicial, tal como anunció la propia federación nada más conocerse la prohibición. Las peñas, desde luego, la apoyan.

Pero además, quieren aprovechar las próximas celebraciones para denunciar e incluso ridiculizar esta decisión municipal. Según explicó el presidente de la peña de Massarrojos, si finalmente el próximo 25 de junio es el último «bou embolat» de Valencia, van a hacer una llamada a las peñas de otros pueblos para hacer un acto masivo de embolamientos como protesta y reivindicación de la fiesta.

Por su parte, el presidente de la peña de Benifaraig ya ha publicado en las redes sociales su decisión de acudir vestidos de negro al próximo festejo y hacer dos toros de cartón para ponerles la cara de Joan Ribó y de la concejala de Bienestar Animal, Gloria Tello, y embolarlos.

En definitiva, están dispuestos a hacer una última apuesta por salvar este tipo de festejos, muy cuestionados públicamente pero que en los pueblos donde se organizan están considerados «imprescindibles». «No es cuestión de actividades alternativas, ni de otras celebraciones. Si quieren, hacemos castellers. Como él es catalán (por Ribó), hacemos eso si le parece», dijeron.

Eliminación en pleno vigésimo quinto aniversario de los festejos

La celebración de los «bous al carrer» tiene décadas de arraigo en las pedanías de Valencia. Ha formado parte de las celebraciones populares mucho antes de que aparecieran las peñas, que en la actualidad se hacen cargo de su organización sin subvenciones públicas. Precisamente este verano cumple 25 años la peña de Benifaraig y los mismos tiene la de Massarrojos. La prohibición, por tanto, tiene unas connotaciones especialmente negativas para estas entidades, que apurarán hasta el último momento para mantener viva la tradición.