El alcalde de Valencia, Joan Ribó, aseguró ayer que la prohibición del «bou embolat» ya está «aprobada y clara», es decir, no tiene marcha atrás, pese a que esta mañana las peñas de las pedanías afectadas tienen una reunión con la Concejalía de Bienestar Animal para tratar de revertir esta decisión. Aunque durante el balance del primer año de gobierno aseguró que este asunto ha sido uno de los más difíciles de abordar, llegado a este punto Ribó cree que el debate esta «claro», recalcó.

Como anunció ayer este periódico, las peñas de Benifaraig, Borbotó, Carpesa, Massarrojos y Benimàmet, pedanías en las que se celebra el «bou embolat», tiene prevista esta mañana una reunión con los responsables municipales para pedirles que suspendan la prohibición. La tradición, el arraigo e incluso la economía de los pueblos son los argumentos exhibidos frente a una medida cuyo objetivo es acabar con el maltrato de los animales.

Las peñas amenazan, incluso, con hacer movilizaciones, actos de protesta e ir a los tribunales, aunque esa decisión, abordada el lunes por la noche en una reunión con la Federación de Peñas, dependerá en gran medida de la respuesta que obtengan hoy del ayuntamiento.

La cosa, de todas formas, parece no tener marcha atrás. «Diálogo si, pero esto es una cosa que ya aprobamos en la Junta de Gobierno del viernes y es una cosa que está clara», dijo ayer Joan Ribó en referencia a esa reunión. El alcalde recordó que sólo se prohíbe el «bou embolat», que es uno de los festejos más «agresivos» con los animales, pero se siguen permitiendo los «bous al carrer», lo que significa que «no es un ataque» a nada.

Ayer por la tarde las peñas no tenían ni siquiera la certeza de poder reunirse con la concejala de Bienestar Animal, Gloria Tello, impulsora de la medida. Sólo sabían que había una reunión en el Ayuntamiento de Valencia para abordar esta cuestión y tratar de llegar a un acuerdo que, visto lo visto, se antoja difícil.