Gastronomía, cultura y formación se unen desde hoy en proyecto liderado por los hermanos Andrés (La Sucursal) y la empresa cervecera Heineken para dar nueva vida al «Veles e Vents», el icono arquitectónico de la Copa del América. Ayer se desveló el misterio del rediseño interior de este espacio de 11.000 m2 en el que se ha invertido 1,7 millones de euros „los gestores privados se han comprometido a invertir 5,5 millones en total en los siete años de concesión„.

El renovado «Veles e Vents» llega con vocación de ser un revulsivo para los barrios del Marítimo, a los que promete abrirse, y de atraer al público los 365 días del año, un reto no pequeño teniendo en cuenta las dificultades que han tenido otras experiencias gastronómicas anteriores que no han podido romper la estacionalidad.

La clave del éxito del «Veles e Vents», según el director gastronómico de La Sucursal, Javier Andrés, va a ser la combinación de gastronomía, cultura y ocio. De hecho, la gran apuesta de este espacio es la gastronomía cuya oferta se concreta en una microcervecería que recrea el ambiente portuario y una arrocería „«La Marítima»„ con decoración de inspiración mediterránea, fibras naturales, madera e incluso naranjos naturales. Este restaurante nace bajo el concepto de kilómetro cero, esto es, con compromiso de utilizar materias primas y productos valencianos y de temporada.

La microcervecería „«Malabar»„ aspira a convertirse en un punto de encuentro tanto para el ocio e intercambio de ideas en industrias creativas e innovadoras. Su cocina permanecerá abierta toda la jornada e incorporará desde el clásico «esmorzaret» a desayunos continentales, tapas de autor, repostería, bocadillos y menús. Una apuesta por la conocida «finger food», preparaciones informales y de calidad, que podrán acompañarse con más de 25 marcas distintas de cerveza.

El restaurante de alta cocina previsto en la última planta del edificio no abrirá hasta finales de año. Los hermanos Andrés, que han echado el cierre al restaurante que regentaban en el IVAM, quieren echar a rodar y consolidar antes la arrocería, con precios «populares» „a partir de 30 euros„ equiparables a los de otros establecimientos similares de la zona, para lanzarse dentro de unos meses al reto de la alta cocina y las estrellas Michelín.

Javier de Andrés, director gastronómico de La Sucursal, aseguró que quieren convertir la marina en «destino gastronómico» por lo que se hará un importante esfuerzo inversor en la promoción en ferias.

Los responsables de Heineken no concretaron ayer el presupuesto anual para actividades culturales y explicaron que la idea es ofrecer el «Veles e Vents» como espacio para la promocion de artistas valencianos. La programación cultural y de ocio incluye conciertos, exposiciones, teatro, conferencias, danza y otras expresiones artísticas.

Las «Figuras de la batalla» del escultor valenciano y premio nacional de Artes Plásticas Miquel Navarro, inspiradas en los Guerreros de Xian» y las fotografías y retratos de los vecinos del «El Clot», un edificio del Cabanyal habitado en su mayoría por familias gitanas, del joven fotógrafo valenciano Jorge Muñoz arrancan la programación cultural del nuevo «Veles e Vents» que reabre sus puertas con el objetivo de convertirse en obligado punto de encuentro para la sociedad valenciana. El Veles e Vents acogerá un ciclo estival de música „«Dijous al Veles e Vents»„. Las exposiciones se ubicarán en una zona ubicada a la entrada de 25 metros cuadrados que dará la bienvenida al visitante.

La parte formativa del Veles e Vents llega de la mano de la Escuela de Hostelería de la Fundación Cruzcampo y la Universitat de València (UV), donde se formarán medio centenar de alumnos y que funcionarán como instalación complementaria del grado de Ciencias Gastronómicas de la UV.

En la presentación del nuevo espacio, cuyos gestores pagarán un canon mensual de 30.000 euros al Consorcio, intervino el director regional de Relaciones Institucionales de Heineken España, Pablo Mazo y el director general del Consorcio de La Marina Real Juan Carlos I, Vicent Llorens, quien manifestó que le gustaría que «el nuevo Veles e Vents fuera el inicio de esa nueva Valencia que tras años de sufrir lo que no se merecía inicia un nuevo reconocimiento».