El Grupo Popular en el Ayuntamiento de Valencia calificó la gestión del «tripartito» en su primer año de gobierno con tres palabras: incoherencia, intolerancia e indefinición. Su portavoz, Eusebio Monzó, lamentó el «recorte» de las tradiciones, la falta de regulación de las pancartas del balcón municipal dos meses después de aprobarse en el pleno; o «la última» de los «bous al carrer». A juicio de Monzó, ni siquiera el Partido Socialista, socio de gobierno, está cómodo con estas medidas, por lo que le pidió que no se pliegue a las propuestas nacionalistas.

En materia económica, el portavoz popular lamentó que se hayan subido los impuestos a más de 5.000 comerciantes, los problemas con los horarios y la falta de confianza que están generando en los inversores. En el asunto de los impuestos lamentó también la «indefinificón» del grupo Ciudadanos.

Por su parte, el responsable de Urbanismo del PP, Alfonso Novo, criticó que la labor en esta materia haya sido básicamente seguir lo hecho por el anterior gobierno, con la excepción de que se ha notado falta de transparencia, fraccionamiento de contratos, retraso en los procesos administrativos y adjudicación de contratos a «los de su escuela», con los que seguramente tendrían compromisos anteriores, dijo Novo.

Como ejemplo de continuidad citó el Parque Cental o la revisión del Plan General de Ordenación Urbana. Y como muestra de paralización, habló del Cabanyal y de los «okupas», unas ocupaciones que «ellos alentaron hace un año y para la que ahora piden auxilio judicial», así como de la Plaza Ciudad de Brujas o la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del puerto, «para la que pedían que fuera huerta y después de dos reuniones con el puerto salen convencidos de que no».

En definitiva, resumió Monzó, «lo de rescatar a las persona no se ha cumplido. Simplemente están engañando a los más necesitados».

Por lo que se refiere a su actividad como oposición, Eusebio Monzó contabilizó 636 iniciativas ante el pleno, por 281 de Ciudadanos.