La de Patri no es una peluquería al uso. De hecho, parece todo menos un lugar para cortarse el pelo. Su local está lleno de objetos vintage, libros o incluso bicis. Este peluquero se define como un «acumulador» de objetos, y son tantos los años que lleva dedicados al oficio que ha conseguido crear una especie de galería de arte de lo cotidiano. O como a él le gusta decir, una especie de segundo hogar, una extensión de su casa. Máquinas de arcade, varias bicis, esculturas, zapatillas y muchos juguetes.«Paso mucho tiempo aquí dentro y quiero que sea como mi casa», comenta.
Patri Verdejo huye de la moda actual de barberías y «superpeluqueros». «Aquí no hay marketing», afirma, puesto que la decoración es consecuencia de su espíritu curioso y de tener un buen amigo en el rastro.
Tiene 42 y comenzó con 14 a darle a la tijera. Hace más de dos décadas montó su negocio en Burjassot, de donde es natural, y hace 12 se trasladó a Valencia, junto a su herma Ana que le ayuda. El local es amplio y cuenta incluso con un patio interior.
Así, Ruzafa 38, ofrece al cliente un entorno con el cual distraerse mientras espera a su turno o le cortan y peinan.
«De alguna manera pretendo distraer, es una peluquería en la que pueden evadirse y dejar de pensar en la expectativa que traían de casa respecto al corte de pelo. Aquí no hay fotos de sólo gente guapa...», explica Patri. «No hay revistas de peluquería, hay una librería para distraerse», sentencia.
Arte junto a las tijeras
El establecimiento también hace en ocasiones las veces de sala de exposiciones de arte e incluso ha acogido representaciones del festival «Russafa Escènica». «Si alguien tiene alguna obra que quiere exponer, e incluso su primer dibujo, les presto el espacio. Ahora tenemos una muestra de fotos magnífica de un chico egipcio...incluso un grupo musical estuvo grabando aquí un video». Su larga experiencia y el carácter abierto de Patri hace que sea casi un punto más de encuentro para el barrio. «Hay clientes que vienen y aparcar aquí su bici...Es como una peluquería de toda la vida, que únicamente se trasladó de Burjassot a Valencia».
