La marcha de 2016 ha sido, según Lambda, una de las más multitudinarias. Además del habitual apoyo ciudadano, este año también se ha contado con un gran soporte institucional que ha ido más allá de la amplia presencia de políticos que había.

La celebración terminó en la plaza del Ayuntamiento por primera vez, en la que había conciertos y actividades abiertas a la ciudadanía. Además, la fachada del consistorio fue iluminada con los colores del arcoiris y de la del Palau de la Generalitat colgaba una gran bandera multicolor. La plaza de toros o las Corts también lucieron estos colores para sumarse a la celebración. El manifiesto que se leyó en la plaza denunciaba las «numerosas discriminaciones» a las que se enfrentan las personas bisexuales y recordó que prácticamente la mitad de los adolescentes LGTB han sufrido abuso escolar.

«Dado el aumento de las agresiones y de la discriminación a nuestro colectivo, es urgente una ley integral para las personas LGTB que garantice nuestros derechos y nuestra dignidad», pedían los convocantes.

En el desfile, la concejala Sandra Gómez caminaba junto al autobús de la Policía Local de Valencia serigrafiado con un mensaje que animaba a denunciar las agresiones. También circulaba un autobús de la EMT con un lema especial para la ocasión.

Todos los partidos políticos con representación en las instituciones valencianas estuvieron presentes en el Orgullo, excepto el PP, tanto portando pancartas o en carrozas, como es el caso de el PSOE y Compromís, que desfilaron con sendos buses turísticos. Podemos, llevaba una caravana, y la representación de Ciudadanos lucía una gran cantidad de globos multicolores.

Entre los concejales más animados, se encontraban Pere Fuset, encargado de la música en la carroza de Compromís, o Carlos Galiana. Mònica Oltra abandonó la cabecera de la manifestación para sumarse a la representación de su partido.