La fiesta de San Juan en las playas de Valencia es uno de los más grandes problemas de orden público en la ciudad de Valencia. O quizá porque lo que sucede en fallas viene de largo. Lo cierto es que desplazar una fiesta a la playa, a donde se va en una dirección y se regresa en otra, requiere un operativo excepcional. Lo que, unido a sus características (reunión de jóvenes, consumo de alcohol, nocturnidad...) acentúa la preocupación porque todo salga bien. Durante varias horas, dos playas que tienen la condición de Bandera Azul se convertirán en lo menos parecido a una zona de baño apacible para convertirse en una particular locura en la que casi todo estará permitido, aunque se pongan medios para ampliar lo más posible ese «casi».

Más aún, la madrugada del jueves al viernes viene marcada por lo sucedido el pasado año, donde una reyerta acabó con el fallecimiento de un joven por ahogamiento. Ayer comparecieron los tres ediles implicados en el operativo (Giuseppe Grezzi, Sandra Gómez y Pilar Soriano) y recordaron que la seguridad es una cuestión de la Policía Nacional, pero que se ha realizado una campaña de concienciación para tratar de que haya paz. «Hay un componente de azar que nadie puede controlar, pero lo que queremos es una fiesta para disfrutar y en familia» aseguraba Soriano.

La noche es bastante sencilla en su concepción: miles y miles de personas acudirán a la arena para encender hogueras, comer, beber, bailar y retirarse cuando consideren oportuno. Entre las actuaciones más destacadas está la creación de tres cinturones para cortar el tráfico: a la altura de Doctor Lluch, Serrería y, en caso de que sea necesario, Cardenal Benlloch. Tres barreras exactamente igual que sucede con el acceso al centro en fallas. Desde el ayuntamiento se insiste hasta la saciedad en que se utilice el transporte público «porque es probable que con el coche no puedan pasar y que luego no puedan aparcar» aseguró Sandra Gómez. Sólo podrán hacerlo los vecinos, a los que se recomienda llevar algún documento que acredite que residen allí.

Otro aspecto a tener en cuenta es el de la limpieza. Pilar Soriano aseguró que las brigadas están preparadas «para que a las siete y media del viernes ya esté todo perfectamente, tanto la playa como el Paseo Marítimo, y que los bañistas puedan acudir como si nada hubiese pasado». Al día siguiente habrá otra batida para mover más la arena y rescatar aquellos objetos que quedaran muy enterrados. Está terminantemente prohibido el vidrio, que se requisará.

Además de la fachada marítima del «cap i casal», también habrá fiesta en las playas del sur, para las que también habrá equipos de limpieza, sanitarios, etcétera. Pero en esas arenas (de Pinedo al Perellonet, ambas inclusive) hay que tener en cuenta que está terminantemente prohibido encender hogueras y lanzar «farolets» por lindar con el Parque Natural de la Albufera. Para estas zonas se ha ampliado el autobús 25, que operará hasta el Perellonet toda la noche.