Desde las pasadas elecciones municipales y autonómicas se nota un intento, por parte de los gobernantes de abrir las administraciones a la participación de la ciudadanía en la «cosa pública». Es de aplaudir, aunque parece más un deseo que una realidad, al amparo de los hechos y transcurrido cerca de un año de las mismas. Lo primero que se tendría que aclarar el Ayuntamiento y la Generalitat es lo que entienden por participación ciudadana, no sea cosa que l@s ciudan@s no entendamos lo mismo que l@s gobernantes de ahora.L@s autoridades actuales han celebrado diversas reuniones a tal efecto, pero lo hacen convocando a varias decenas de asociaciones y entidades, incluso a ciudadan@s a nivel personal sin ton ni son. En nuestra ciudad hay centenares de las mismas, con diversos objetivos y fines. La verdadera participación debe empezar desde el primer momento y no para que la autoridad correspondiente se luzca proponiendo cosas que sólo ellos tienen la idea de lo que se trata, pero l@s convocad@s no tiene ni idea del tema. Es más, empiezan dando papeles y más papeles que sólo ellos mismos han tenido conocimiento previo y que son sus propuestas, algunas muy hilvanadas, a los que los demás sólo tienen que dar la «cabota» o seguir las «instrucciones» de lo que han planteado, no pudiendo salirse del guión establecido, es más, algunas líneas ya han suprimido o traslado sus paradas. A continuación, lo primero que plantean es crear comisiones o grupos de trabajo, que sirven para dilatarse en el tiempo y para que l@s ciudadan@s que participan voluntariamente, no cobrando por ello, no puedan seguir el ritmo y los objetivos finales para lo que fueron creadas y que se pierdan en la 'maraña' de textos y textos, para luego servir solamente a los intereses de la Administración: para ese viaje no hacia falta tanta alforja. Las paradas de intercambio de algunas líneas ya las tienen previstas y algunas empezaran a construirse dentro de pocos días ¿para que nos llaman a participar si ya lo tienen todo previsto e incluso en marcha? La verdadera participación, debe partir de «cero», no a «toro» pasado, como ocurre en la actualidad, en el caso de la EMT. No somos técnicos, ni liberados, no tenemos asesores, ni cobramos nada por nuestro trabajo; tampoco podemos contratar a empresas privadas para que 'nos ayuden a dirigir las reuniones', pero sabemos lo que necesitamos y lo que queremos, de ahí se debería partir al menos para comenzar con buen pie, recogiendo las auténticas necesidades y problemas de l@s ciudadan@s . Así debería comenzar una auténtica participación y no al revés. Para que exista de verdad la participación y la transparencia, l@s políticos deben empezar por creérsela ell@s mism@s, pero de verdad y no sólo sobre el papel y para quedar bien ante la opinión pública.

Está claro que la última palabra la tienen los políticos que nos gobiernan, pero siempre atendiendo las peticiones de la ciudadanía, que es a la que representan, pero a la vista de los hechos, la realidad es otra bien distinta: sólo reaccionan cuando la gente sale a la calle para manifestarse y protestar hasta que les hacen caso en sus demandas, que son necesidades.Para participar no sólo hacen falta reglamentos, ni disposiciones legales, que también, pero sobre todo hace falta voluntad política, lo demás consiste en reglamentar la participación que la constriñe y termina por anularla, como en el presente caso de la supresión y cambio de algunas líneas de la EMT. Mucha propaganda, bastantes euros gastados en ella, pero sólo han convocados dos reuniones en las Juntas Municipales de Distrito, cuando los políticos y los técnicos de la EMT, junto con la empresa privada contratada para ello, llevan meses y meses trabajando en el tema, pero sin dar cuenta de nada a los que dicen representar y que ahora llaman a la participación ¿para qué?, si lo tienen todo atado y planificado de antemano, incluso decidido, pero seguro que aceptaran algún pequeño cambio para decir que es fruto de la negociación, cuando es pura ficción o teatro. Las reuniones masivas de gente son muy fáciles de manejar y dirigir cuando se tiene todo el poder y la información, que debe ser lo que pretenden para salirse con la suya, para cuál llevan mucho tiempo preparándose sin dar cuenta de todo ello para poderlo conocerlo y estudiarlo, pero ahora con dos reuniones de unas dos horas de duración nos quieren hacer creer que eso es participación.