Paco Muñoz ha sido, a fuerza de vender detergentes, colonias y estropajos, un personaje de la calle. Pero a finales de 2011 cobró aún más renombre cuando una de sus tres hijas fue nombrada fallera mayor de Valencia. Sandra dejó de ser «la hija de Paco» para ser éste «el padre de Sandra». A ella le cambio en parte la vida. A él no: «pues si alguien lo piensa, se equivoca: no vendí más por ser el padre de Sandra. Seguí vendiendo a los mismos clientes de siempre. Sí que recuerdo lo mucho que me preguntaban por las cosas de mi hija, si hacía esto o lo otro. ¡Pero, a la vez, no podías atender la tienda!». Aquel 17 de octubre trabajó hasta minutos antes de la llamada y al día siguiente, la droguería volvía a estar abierta. Una foto de Sandra vestida de valenciana con las otras dos hijas está discretamente puesta en una estantería.

La fallera mayor de 2012 también le ha hecho abuelo por primera vez y una foto de la pequeña Valeria también asoma en un lado.

«Tan sólo en el último mes de reinado hice un escaparate con fotos de Sandra». Eso sí, el reinado le permitió autoconcederse un lujo inesperado: «cerrar de jueves a domingo. Para ir a Alicante y para ir a Burgos».