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Los contrastes de la ciudad

Varios siglos de historia alambrados

La alquería del Torrentí o Cases del Baró resisten con encanto en Sant Marcel·lí pese a la feroz presión urbanística - La zona está completamente descuidada y sin un plan a la vista

Varios siglos de historia alambrados

­Entre los números 1 y 5 de la calle Salvador Perles, en el barrio de Sant Marcel·lí, volvemos a darnos de bruces con la triste realidad de una ciudad como Valencia, donde el patrimonio histórico sufre y ha sufrido grandes agresiones sin que nadie ponga remedio a ello. No es normal que una alquería levantada entre los siglos XVI y XVIII, la del Torrentí, también llamada Cases del Baró por el conjunto que forma con otras construcciones, esté completamente cercada por un alambrado. Es como si viviera con miedo a la enorme y feroz presión urbanística de su entorno. Sin embargo, su encanto es innegable, y eso que resiste rodeada de coches, que han convertido la zona en un gran aparcamiento.

Si uno es capaz de eliminar por un momento la triste estampa de solares repletos de coches e incluso borrar esa verja que rodea la alquería, hasta se puede disfrutar del espléndido conjunto. El olor de las higueras, el pequeño pozo que abastecía una de las dependencias, el pozo del Baró que regaba la fructífera huerta del sur de la ciudad y los pequeños tramos de acequia que perviven son testimonios de un anhelado pasado. Una gigantesca palmera preside la alquería, una puerta de arco de medio punto decora las dos alturas del histórico edificio y los pequeños huertos en torno al conjunto dibujan una estampa ideal. Sin embargo, el alambrado que lo rodea nos recuerda que algo no funciona bien?

Sant Marcel·lí debería recuperar para el entorno del barrio este conjunto de alquerías agrícolas que hoy están maltratadas por el planeamiento urbanístico. Más allá de haber abierto las calles pertinentes, el ayuntamiento no ha adecentado el lugar, y los terrenos que antes eran campos de labranza hoy son un inmenso solar donde aparcan los coches. Los propietarios de las alquerías piden que no se aparque para poder salir de ellas. La sensación de acoso es terrible.

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