Fuego, luz y color finalizaron, de la mano del espectáculo «Veles e Vents» de Xarxa Teatre, el primer acto de la Gran Fira de Valencia en una jornada en la que sí que se marcaron diferencias respecto a otras épocas con actos nuevos. Luego llegará una normalidad, con sus músicas, sus preselecciones, sus juegos de cartas y demás. Pero el inicio de ayer fue, cuanto menos, diferente. Con actos que tienen que crecer para ser mejores y con otros que, siendo conocidos, se sabía que serían espectaculares.

Primero se corrió la traca. La prendió Ricard Camarena, quien dio su particular receta: «ponerle un pellizco de humor, un puñado de generosidad, un buen chorro de empatía y cuarta y mitad de solidaridad. El éxito está asegurado». La traca dio la vuelta a la plaza con algunas personas corriendo a su lado „una costumbre que ya no existe en Valencia hace que no se sepa si hay que correr delante, detrás o a la vez„. Hasta la corrió el hijo del cocinero-pregonero. Quizá la gente se quedó con las ganas de una más. En todo caso, sí que parece que el año que viene se ampliará su recorrido. A la vez, desde la parte alta del ayuntamiento se lanzaron efectos de papel, incluyendo el poster de la feria en forma de pequeñas aleluyas.

Al acabar se produjo una imagen significativa: se anunció que se iban a repartir folletos con el programa de la Fira. Y hubo demanda a manos llenas. Hasta el concejal Pere Fuset se puso a repartir. Demuestra que la ciudadanía precisa de más información.

Los raperos permitieron hacer tiempo. Una auténtica comunidad que sacó a la calle su particular literatura consistente en faltarse unos contra otros, pero abrazándose al acabar la dosis de rimas. Es una versión internacional del «cant d´albaes», pero mucho más faltón.

Mientras, en la plaza del Pilar continuaban las carcajadas con el ciclo de Café Teatro, en el que los monologuistas también le ponían picante a sus ocurrencias desenfadadas. La dispersión es natural en este tipo de festejos. Mientras, a un par de kilómetros, empezaban los nervios de las preselecciones falleras. Y el interior de la plaza del ayuntamiento recibía a Xarxa Teatre para poner en escena su espectáculo «Veles e Vents».

Hoy destaca el cierre, con el disparo de una «mascletà» en color en el antiguo recinto de karts en el Paseo de Neptuno, pero el color lo pondrán los moros y cristianos del marítimo y la nueva dosis de nervios con las elecciones falleras.