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No al Mare Nostrum

No al Mare Nostrum

Una vez más, las necesidades del sistema ponen en evidencia acciones que distan mucho de encontrarse con conceptos como la moral o la ética. Leyes fáciles de sortear permiten alegar cualquier tipo de argumento con tal de defender una decisión injusta y desastrosa. Todo por lo de siempre, sin tener en cuenta consecuencias que pueden herir nuestro propio patrimonio. La huerta y la playa es una parte fundamental de la seña de identidad de Valencia. Els Peixets es una de esas zonas protegidas y especiales que ha dejado de serlo desde que el Ayuntamiento de Alboraia decidió aceptar el traslado del Festival Marenostrum que se celebra este fin de semana, un macroevento que espera a miles de personas y que no tranquiliza precisamente por sus antecedentes, a la conclusión del mismo, en otras ediciones.

El Ayuntamiento de Valencia, fiel a mantenerse en contra de la celebración del evento (hasta el pasado año se desarrollaba en el término de la capital) no ha tardado en poner dificultades a la cuestión, negándose a facilitar servicios de transporte extraordinarios por parte de la EMT para los asistentes. El motivo, la falta de sintonía con el modelo de ocio que se pretende desarrollar de acuerdo con los principios del consistorio. Por su parte, FGV se mantiene en la misma postura por el informe contra la celebración de este festival emitido por la Conselleria de Obras Públicas, que incluye motivos que podrían replantear la actual situación.

Precisamente es ese mismo informe en el que se basa la plataforma Som Horta para oponerse formalmente a la celebración del evento, junto a 25.000 firmas recaudadas de ciudadanos que refuerzan la postura. Las primeras excavadoras, contratadas por la promotora, ya han empezado sus trabajos manipulando la tierra de la zona, poniendo la voz de alarma en colectivos como La Unió de Llauradors, que exige a su vez que se convoque el Consell Agrari ante la falta de información en todo el proceso por parte del Ayuntamiento de Alboraia, gestionado por el PSOE.

Pero el consistorio no recapacita y sigue en su línea de ver el punto positivo al tema, como una gran posibilidad para la regeneración de la zona, que de otro modo no podría llevarse a cabo. O al menos eso dicen. Habrá que ver, además de la colocación de estructuras, escenarios y barras, cómo queda el espacio una vez haya pasado todo, si es que no puede hacerse algo antes. Esquerra Unida, Compromís, Podem y Ciudadanos ya han emitido su rechazo oficial y se suman a las voces de alerta.

Hace más de un año se demostró que a través de la unión y la queja ciudadana se pueden conseguir cosas. En aquel momento, la presión evitó que el PP aplicara el Plan General de Ordenación Urbana en Valencia, un modelo que perjudicaba a la huerta limítrofe de la ciudad en pro de la construcción y expansión, entre otras muchas cosas. Quedan pocos días para que se celebre este festival, y parte del daño ya está hecho. Esperemos que la fuerza de los ciudadanos y de los diferentes colectivos y algunos partidos políticos hagan valer el sentido común y no sigamos destruyendo algo que forma parte de nuestra identidad, justo ahora que el término está tan de moda. Porque no todo vale. No a toda costa o a cualquier precio. Es más, a ningún precio.

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