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Prohibido colonizar al otro

Prohibido colonizar al otro

Álex es un joven de izquierdas, de esa parte de la izquierda que se define como anticapitalista y libertaria. Lleva desde los catorce años militando en grupos cuyos objetivos son la autogestión y el activismo político. Desde hace años dedica una parte de su tiempo libre a las actividades culturales y sociales que programan en el Centro Social Okupado y Anarquista l'Horta, que está ubicado en una alquería abandonada en Benimaclet. Sufre las derrotas del Levante UD en carne propia, pero cuando gana se siente como si pudiera tocar el cielo con la punta de sus dedos. Le apasiona vivir en Benimaclet, que con sus huertos urbanos, constituye un ejemplo de lucha ciudadana en la que la valentía y el tesón han sido cruciales para que se alcanzara el fin previsto. Sueña con dedicarse al marketing internacional y en trenzar sus propuestas más atrevidas entre los pequeños huecos que deja el invencible sistema capitalista.

En una campaña electoral tan polarizada como la que acabamos de vivir, después de tanto confrontar el modelo capitalista con el socialdemócrata, son muchos los que intentan que todos los contrincantes se sienten en una mesa para garantizar el gobierno de España por el bien de la ciudadanía. Es evidente que determinados asuntos han de quedar fuera de la lógica confrontación política, se trata de aquellos temas que conviene proteger de la inevitable lucha política. Ahora bien, una cosa es ponerse de acuerdo en determinados asuntos de Estado, y otra bien distinta es que fuerzas políticas antagónicas, prostituyendo el mensaje de sus votantes, apoyen a su contrincante.

Suelen hablar de política con frecuencia, a pesar de que sus puntos de vista son diferentes. Se sienten alejados en muchos temas, pero en modo alguno se saben irreconciliables. Hacen gala de un enorme respeto mutuo, y aunque sus trayectorias vitales son muy diferentes y les separan un montón de años, a su manera ambos luchan por cambiar las cosas, por mejorar las condiciones de vida de la mayoría frente a los abusos de los poderosos. Coinciden en el punto de llegada aunque sus métodos sean diferentes, porque como dijo José Saramago: «El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro». A su modo han sufrido una decepción el pasado 26 de junio. Analizan las razones por las que con tantos casos de corrupción destapados, tanta gente haya hecho la vista gorda para volver a apoyar a quién tanto ha defraudado a la ciudadanía.

La noche electoral Álex le mando un mensaje para felicitarla a pesar de todo, con sorna le dijo: «Enhorabuena, ni sorpasso ni zarpazo». Ella le agradeció su detalle y su talante aunque la noche no estaba para alegrías en minúscula. Se atrevió a desear que ninguna abstención alcance a desvirtuar los resultados, que gobierne la derecha apoyada por partidos de derecha. Habrá que esperar tiempos mejores, mientras tanto, ella reflexiona sobre las coincidencias que existen y que conviene encontrar entre distintas generaciones, mientras Álex comprende que hay que seguir luchando y que a menudo la vida te da sorpresas, como dice la canción de Pedro Navajas: «Si naciste pa martillo del cielo te caen los clavos».

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