Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las cúpulas azules

Las cúpulas azules

Leí el domingo pasado, en este mismo periódico, un artículo del conseller de Hacienda en el que dice que la Comunitat Valenciana no está en la agenda del Gobierno de Rajoy y va a seguir negando la financiación a los valencianos?

Es sabida la repuesta del conde duque de Olivares cuando una embajada de valencianos se quejaron por el diferente trato de que eran objeto respeto a catalanes y aragoneses: «Es que a los valencianos los tenemos por más muelles». No sé si el ministro Montero se cree Olivares, pero esa Valencia de su mismo partido ha pagado y pagado, sembrada de deudas y corrupciones, ha encontrado un conseller de Hacienda, socialista, Vicent Soler, que ha dicho ¡NO! «La dignidad de los servicios básicos de los valencianos está por encima de todo. Los 1.325 millones de euros se traducen en camas hospitalarias, colegios, ayudas para los desempleados o atención social. Ahí no va a haber recorte alguno».

Para alejarme de actitudes políticas que me deprimen, contemplo el colorido del cielo, que se refleja en las cúpulas azules de las que Víctor Hugo recuerda cuando visitó Valencia, siendo niño: «Valance a les cloches de ses trois-cents églises». Y la mayoría de estas trescientas iglesias tienen azulejería.

Una de las conquistas de la arquitectura valenciana del XVII es la cerámica y pienso con cierta tristeza el mal uso que se ha hecho de ella en algunas de las construcciones actuales. Valencia, en la segunda mitad del siglo XVIII, era todavía una ciudad medieval con calles de trazado musulmán y casas de estructura gótica entre las cuales se intercalaban palacios barrocos y numerosas iglesias de cúpulas azules. En 1774 Antonio Ponz se refería a ellas: «Ningún reino de España tiene tantas ni tan encumbradas».

Cruzo el puente del Real y contemplo las cúpulas del Temple de la orden de Montesa, la severidad neoclásica de su edificio queda mitigada por las torres azules de nuestra tradición. Miro hacia San Pío V? y voy recorriendo la tarde azulada que me envuelve y me confunde? Todo es azul: San Cristóbal, la Iglesia del Salvador, el campanario de San Esteban, los Franciscanos, la Basílica de los Desamparados. Por detrás se aprecia el remate de la pequeña cúpula de la torre de Santa Catalina, el cimborrio de la Catedral y casi escondida al pie del Micalet, la trasera de la fachada de la puerta barroca de la Seo. Detenerse en la grandeza del Patriarca, donde por primera vez se combinó una cúpula a la romana con una cubrición de teja vidriada, es una relajación del espíritu.

La cúpula que marcará norma es la capilla de comunión de la Iglesia del Convento del Carmen. A esta siguieron muchas más: Santos Juanes, Compañía de Jesús... Se dice que la cúpula de las Escuelas Pías, cenit de las cúpulas azules valencianas, es una de las más grandes de Europa. Los remates de tejas vidriadas marcan la arquitectura de la ciudad; su materia tan arraigada a nuestro pueblo, somete, en estos indefinidos momentos, a una extraña elevación del ser.

Estas cúpulas aportan rasgos estéticos, e históricos en el paisaje de nuestra ciudad donde el destello de la luz solar sobre ellas se refleja en cielo. Azul, azul? Quiero perderme en el azul de nuestras cúpulas y olvidar los injustos dictados políticos y volar hacia la libertad.

Compartir el artículo

stats