El clavellón apura sus últimos días de crecimiento y la visión de los campos en los que se cultiva es espectacular. Un total de 34 hanegadas, repartidas en diferentes zonas para repartir los riesgos. «Si hay tormenta, vale la pena que la flor esté plantada en varios kilómetros de distancia entre sí» asegura Miguel Galán, conocido florista de la ciudad cuyo apellido está relacionado con la cría de esta flor desde hace tres generaciones. Los colores verde, amarillo y naranja motean unos campos que siguen esperando el momento de la recolección, que se hará a mano en las horas previas a la celebración de la Batalla. Medio centenar de personas se encargarán de recoger a mano las flores. Mientras, apura su crecimiento, alimentándose con la decantación del agua de las acequias.

Se le llama clavellón, pero la planta recibe el nombre de Tagete. Es muy popular en la India y en México, donde se utiliza «sobre todo para celebraciones, como aquí». Porque el clavellón es una flor que sólo se cultiva para este evento.. «No se vende en ramos porque el tallo es frágil. Además, la planta es bastante alta, entre un metro y metro y medio» asegura el que fuera vicepresidente de la Junta Central Fallera. «Es una planta de verano, que soporta bien las altas temperaturas, pero si está bien cuidada».

Su principal peligro son los temporales «que pueden tumbar y malograr campos enteros» y otro enemigo no menos incómodo: «los pájaros. La flor como tal es comestible y las semillas también. Las aves pueden perfectamente comerse el veinte por ciento de la cosecha».

«Para mi, plantar el clavellón es una forma de homenajear a mi familia» asegura Galán, quien augura que, si los días que faltan acaban bien, «la gente se lo va a pasar muy bien. Está quedando una flor muy bonita, perfectamente adaptada a lo que se pretende: una bola esponjosa, del tamaño perfecto para cogerlas una a una con la mano y con el suficiente peso como para poder lanzarla». No faltará un personaje que se deja ver: los gusanos. «A la hora de la verdad, hay mas mito que realidad. Lo que pasa es que cuando alguien ve uno, se entera todo el mundo». Los invertebrados parasitan en el interior de la flor «y no salen porque comen allí sin que nadie les moleste».

Han pasado cuatro meses desde que se sembraron las semillas, un tesoro de los que pocos disponen y que en Galán cuidan como si se una fórmula magistral se tratara. De hecho, además de cultivar las flores para la fiesta del día 31, paralelamente se prepara una nueva remesa que permita que no falten en la 126ª edición.

Precisamente, la Batalla de Flores es la gran protagonista en el día de hoy: empieza la venta on-line de los palcos. Será el primer gran medidor de la expectación que suscita este curioso evento.