La nueva estrategia del Consorcio Valencia 2007 que dirige Vicent Llorens incluye una fuerte apuesta por el deporte, tanto náutico como por el atletismo popular o «running», muy en boga en la ciudad y al que el nuevo circuito para corredores construido por la Fundación Trinidad Alfonso en el Jardín del Turia (con una inversión de más de dos millones de euros), ha añadido adeptos. El Consorcio Valencia 2007 impulsará una ciudad del «running» en la marina real, que incluiría un circuito de punta a punta de la bocana.

La idea sería que este nuevo circuito de la marina, que rodearía la dársena y tendría unos 6,5 kilómetros, se conecte también con el circuito del Jardín del Turia (5,7 kilómetros) a través del puente de Astilleros. El Consorcio, donde están representadas las administraciones local, autonómica y estatal, quiere sacar el máximo rendimiento a un enclave estratégico, en plena fachada marítima.

La náutica es otra de las apuestas del actual equipo directivo del consorcio. La intención de Llorens es convertir la marina real en referente del turismo y los deportes náuticos. Para ello se construirá en la marina sur un polideportivo náutico con un edificio de nueva construcción de 3.ooo m2 de planta, donde podrán instalarse las federaciones y asociaciones náuticas. Para completar los servicios relacionados con el agua, el Consorcio tiene prevista la construcción, en el extremo de la marina sur, de una piscina con olas donde se podrán aprender deportes náuticos como el «surf». En la estrategia del Consorcio, que se presentará en breve, el objetivo es hacer de la marina una estación naútica.

Los amarres por 20 millones

La náutica es clave en la nueva hoja de ruta del Consorcio Valencia 2007. Los planes pasan por un incremento del número de amarres, de los 800 aactuales (más 42 para megayates) hasta 1.400 y una reordenación de la lámina de agua. El Consorcio quiere atraer a más megayates a la marina de Valencia, ofreciéndo un espacio más cercano al futuro varadero, en la marina sur, susceptible de ser una base de invierno para los megayates y sus tripulaciones. Una fuente de ingresos con la que cuentan otras ciudades con puertos deportivos como Mallorca que Valencia no quiere dejar escapar. Los amarres de la marina saldrán a concurso en los próximos meses con el objetivo de que sea una empresa privada la que los gestione. El contrato saldrá a licitación por 20 millones de euros.