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Artur Heras

Artur Heras

Toda creación artística genera reflexiones y sensaciones íntimas. Me llevo mal con los adjetivos€ pero la curiosidad que siempre despierta la obra de Artur Heras es eminente y, allí estaba yo, el pasado sábado, en el Centre de La Nau, dolida por los tristes acontecimientos de Niza y Turquía, inquieta por un absurdo mundo donde la crueldad parece no tener tregua, frente a formas artísticas, buceando en la profundidad de la razón. Buscando la misteriosa luz del arte y escapar del círculo negro: «La actualidad nos ataca a todos. Todos somos permeables.». Ha dicho Heras. Y esa permeabilidad se encuentra en la memoria, fruto de la experiencia que se impregna en el ser, como en el cuadro estremecedor de Hitler, el Monte Gurugú, refugio de inmigrantes subsaharianos que aguardan una oportunidad para entrar en España.

En Heras, hay siempre denuncia y referencias culturales: la caída del Berlín nazi, y los rostros de los últimos ejecutados por la dictadura de Franco. O la famosa torre Tatlin que marca espacio/ tiempo: monumento a la Tercera Internacional del escultor Vladímir Tatlin. Libre de contaminación artística y enfrentada a los puros idealistas místicos.

Nuestro espíritu tiene, quizá, grietas a causa de la comodidad, el miedo, la sociedad de consumo€ La desviación del incómodo pensamiento que detiene el contenido de la cultura y del arte.

El artista posee una vida compleja, sutil, y la obra surge con energía casi profética que actúa amplia y profundamente en la vida del espíritu. El arte es uno de sus más fuertes agentes del conocimiento. Heras ha concluido etapas y ha ido superando obstáculos€ pero siempre se muestra con el deseo de liberarse de la dificultad creadora y ha reaparecido con su importante técnica combinando, con gran fuerza: reflexión, humor, y fantasía.

La obra titulada No Ficción ¿es una visualización real y desnuda, hacia la autenticidad y la lucha personal? Creando de esta forma, casi, un género literario entremezclando vivencias personales con resistentes realidades.

Emociones y Laboratorio son los dos caminos por donde nos lleva el artista. Las emociones provocan conceptos y dudas; juegos de complicidad entre los objetos y las formas visuales que marcan a Heras: documentos del ser humano dentro de un entorno social: angustia, crueldad y humor€Crea un significado complejo y diverso que, provoca la duda y la crítica.

Detenerse en el Laboratorio es penetrar en ese mundo del autor con los diferentes tratamientos en los que se centra el proceso creativo.

Hay un cuadro que se ha instalado en mi retina: Ombra , Somni: entre la sombra y el sueño un hombre, agachado riega€ No sé si a la realidad de las sombras o al espejismo de los sueños.

En la Galería pazYcomedias bajo el título Abieto/Open/Obert, el escaparte roto juega con lo real/irreal/posible/imposible/figuración/sorpresa/diversidad€ que plantea lo efímero de nuestra visión real.

Contemplar una exposición es saber mirar al interior de nosotros mismos. La obra de Heras que siempre ha despertado gran interés, creará polémica y será discutida y controvertida, pero no dejará indiferente.

Salgo al sábado que he dejado en la calle. Hay música por doquier, una cierta alegría me invade, pero en realidad, no sé a qué mundo pertenezco.

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