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Cuestión de caridad

Cuestión de caridad

Amuchos les sorprendería saber todas las disertaciones a las que se pueden llegar a partir de la palabra caridad. Está claro que cualquier materia requiere de una teoría y una práctica, pero, a veces, la teoría es demasiado rebuscada y abstracta y lo que realmente importa es la práctica, sobre todo, cuando el objeto son las personas, los seres humanos. Estoy convencida de que en un momento de auténtica necesidad, en esos en que no se ve solución y la sensación de impotencia y soledad impide encontrar un camino, la llegada de una mano amiga, de una palabra amable o de una sonrisa sincera, no tiene apellido. Que en momentos así lo que menos importa es si se trata de una cuestión de caridad, de servicio social o asistencial. Que lo que se percibe es la humanidad, la comprensión y la empatía del otro y, eso, lo cambia todo. En Valencia contamos con una institución que va acompañada de esa palabra «Casa Caridad». Y no necesitamos disertar cuando nos referimos a ella pues es, para todos, un referente de eficiencia, de calidad y profesionalidad que no omite el cariño, la acogida y la ternura con quienes ya no reciben ni una simple caricia, ni una palmada en la espalda o un apretón de manos.

Ejerciendo mi cargo de concejala de Bienestar Social e Integración del Ayuntamiento de Valencia tuve la gran suerte de trabajar, casi a diario, con todo el equipo de Casa Caridad. Fueron muchos e importantes proyectos, pero el más ambicioso, el que despertó toda nuestra ilusión y entusiasmo fue la creación de un lugar al que pudieran acudir personas que recibían el alta en un hospital y no tenían donde recibir el cuidado que requerían en esa situación. Y, además, se darían soluciones a la acogida de familias y sus niños. Había que empezar por encontrar un solar, un terreno sobre el que construir lo que en aquellos momentos era un ambicioso sueño que un día sería una realidad. Y ese día llegó.

La semana pasada asistí en el barrio de Benicalap a una celebración muy especial . Se conmemoraban los 110 años de Casa Caridad coincidiendo con la inauguración del nuevo Multicentro Social, volviendo a situar a nuestra ciudad en pionera y a la vanguardia en la atención social a los más necesitados. Casa Caridad, siempre, desde sus inicios, ha tenido una clara vocación social y de respeto a la pluralidad y ha ido adaptándose en todo este tiempo a las diferentes necesidades sociales que han surgido a lo largo de la historia sin necesidad de cambiar su nombre. Han sido cientos los voluntarios y voluntarias y los profesionales que han trabajado por mejorar la situación de sus vecinos y conciudadanos, por eso, un éxito de Casa Caridad es un éxito de todos.

Y ese sentimiento, esa sensación de trabajo en equipo y bien hecho se palpaba hace unos días en el barrio de Benicalap. Todos, voluntarios, trabajadores, políticos de todos los colores y representantes de todas las administraciones y organizaciones, sentíamos ese orgullo y esa admiración por un trabajo que pone en práctica la forma de ser de este pueblo valenciano al que nunca le faltará esa mano que ayuda a levantarse al que se ha caído y que tira de él para seguir adelante.

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