La Batalla de Flores fue idea del Barón de Cortés de Pallás, Pascual Frígola y Ahís, presidente de Lo Rat Penat, quien dos años antes había sido elegido para el cargo.
Fue aquella una época brillante en que el presidente y los miembros de la Junta de Gobierno de la entidad eran personalidades de gran prestigio y versados en temas culturales. En la nómina de la directiva encontramos a Escalante, Constantí Llombart, Almela, Martínez Aloy, Ignacio Pinazo, Francisco Badenes, Martínez Aloy, Vicente Blasco Ibáñez, Salvador Giner, Julio Cebrián, Teodoro Llorente, Antonio Reig,? Nada que ver con lo que hay ahora, pueden comparar listados, un papelero de presidente y poco más, salvada la gran excepción del músico y compositor Josep Climent Barber.
Los Juegos Florales de la centenaria entidad cultural Llegaron a celebrarse dentro de la Feria de Julio, que es la denominación popular del acontecimiento festivo de referencia, pues en ella, en el precioso pabellón del Ayuntamiento de Valencia ya desaparecido, nació la idea de constituirse Lo Rat Penat, a idea de Constantí Llombart, y cuyo primer presidente, en 1878, fue Félix Pizcueta.
La Batalla de Flores, desde un primer momento, fue concebida como un lanzamiento de flores entre los que desfilaban sobre carrozas y el público que contemplaba el espectáculo. A los carros, carretelas, coches de caballos, tartanas, calesas,? les precedían un grupo grande de dolçainers i tabaleres. Figuraban en el séquito a pie o en caballos bellamente enjaezados gentes de las huertas cercanas vestidas con indumentaria tradicional valenciana. Tal vez Sorolla se inspiró en alguna de estas estampas para hacer sus cuadros costumbristas.
Un jurado dirimía los premios a otorgar al mejor carruaje o grupo participante, al término de la guerra floral, el suelo de la Alameda quedaba convertido en una extensa y colorista alfombra de flores. Una kilométrica traca a medianoche ponía punto final a todos los festejos de la Feria del caluroso mes de Julio. El recinto ferial tenía iluminación a gas, gracias al patrocinio del dueño de la fábrica de gas, José Mapo, Marqués de Campo, que pagó su instalación y suministro, regalándolo a la ciudad.
Lo más destacado de estas fiestas y lo que en principio le dio realmente fama fueron siempre los toros, cuya primera corrida de la serie comenzaba tras el disparo de una traca de 4.000 metros tendida por las calles del centro de Valencia. Los mejores miuras y toreros pasaban por nuestra plaza: Bombita, Currito, Cocherito, Joselito, Espartero, Lagartijo, Machaquito, Gallito, Belmonte, Bienvenida, Ordóñez, Manolete, Armillita, Granero, Chicuelo,?
La fiesta también iba por barrios donde se montaba veladas de teatro, zarzuela, operetas, óperas, conciertos, verbenas y demás al uso. De gran prestigio fue siempre el reñidísimo Certamen de Bandas de Música. Y siendo esta tierra agrícola, no podían faltar las exposiciones del ramo y las ferias de ganado.
