Silvia, Silvia, creíamos que nos habíamos librado de las perlas de Mariló y parece ser que no, que tenemos alguien más que nos alegrará las mañanas. Esta semana en su programa y para ensalzar a la gran Gloria Gaynor (que ciertamente es muy grande, lo pasé genial en el concierto), dice de ella que «en vez de quedarse paseando por Madrid se va a un pueblecito». Más allá de lo del pueblecito, que según ella creía que el cole estaba en un pueblo, lo que sangra es la primera parte. Si la Gaynor estaba en Valencia, si el concierto era en Valencia, si el «pueblecito» en el que ella creía que estaba el Luis Vives se supone que estaba en Valencia, ¿por qué tenía que quedarse paseando por Madrid?.
Es como si nos llamaran aldeanos, no, espera. Es como si para referirse a la Comunitat dijeran el levante español, no, espera. Es como si recibiéramos menos financiación que el resto, no, espera. Es como si ya estuviéramos acostumbrados a esas humillaciones por parte de la capital. Lo peor es lo interiorizado que lo tienen, lo natural que les resulta pensar que si una gran estrella está de gira por España lo más apetecible es pasear por Madrid. Pero no porque piensen que es más bonita que el resto, o que el «cup of café con leche in the plaza Mayor» sepa mejor que la horchata con fartons en Alboraya, no. No es cuestión de chauvinismo, no hay intención de desprecio, es simplemente que Madrid es España, el resto está en las afueras. Lo vemos constantemente en las televisiones nacionales, en series, en anuncios.
Tampoco creo que forme parte de un plan de hegemonía ni que exista una conspiración para perpetuar el centralismo, es simplemente que les sale de manera natural. Ya Antonio Machado hablaba de esa «Castilla miserable» que desprecia cuanto ignora. Sin embargo no me parece peligroso, se cura, como la mayoría de esos males, leyendo y viajando. Lo peligroso es que también se percibe de manera natural y eso crea complejos. Eso hace creer que defender tu lengua es imposición lingüística, que poner en valor tus tradiciones y costumbres te hace menos cosmopolita, te lleva a pensar que la música en valenciano es un género y cosas por el estilo.
Seamos fuertes, las peores necedades y las mayores atrocidades siempre son consecuencia de un complejo de inferioridad y aquí siempre he pensado que tenemos complejo de valencianos en lugar de orgullo de valencianos. Conmigo que no cuenten, no pienso agachar la cabeza por ser de Russafa. Pero no pasa nada, porque según un vídeo de internet hoy se acaba el mundo, así que no se si estaréis ahí leyendo. Los polos se supone que se invertirán y todo colapsará. Siempre me ha parecido un poco arriesgado lo de predecir el fin del mundo. Mira lo que les pasó a los Mayas. Y es que si fallas y el mundo no se acaba todos se ríen de ti y si aciertas y se acaba no hay nadie que te vaya a felicitar ni vas a tener a nadie a quién decir «te lo dije».
Pienso que es mucho mejor predecir que no se acaba el mundo. Porque si finalmente lo hace y hoy se acaba el mundo nadie va a venir a pedirte explicaciones ni te va a señalar la equivocación, en cambio si aciertas es un tanto adivinatorio que te marcas, así que ahí va mi predicción: hoy no se va a acabar el mundo.
