El Grupo Popular en el Ayuntamiento de Valencia, nueve de cuyos diez concejales están «investigados» por blanqueo de capitales al dar 1.000 euros para la campaña electoral y supuestamente recuperarlos en dos billetes de 500, se desmarcó ayer de las acusaciones que pesan sobre su excompañera María José Alcón, a la que el juez acusa de montar con su exmarido y el exgerente de Imelsa una trama para cobrar comisiones ilegales.

La concejala Beatriz Simón, que ayer «estaba de guardia» en el grupo, no quiso pronunciarse sobre ese asunto, pues, a su juicio, «hay que respetar a la Justicia» y «dejar trabajar a los jueces, que son los que tienen que hacer la valoración». Pero sí quiso marcar distancias con ese otro caso, que es el caso principal del que se desgajó su acusación.

«De lo que ha salido ahora, lo único que sé es que es una pieza separada y que no hay nadie de este grupo implicado», dijo Simón. «No nos sentimos afectados y pedimos a los medios prudencia. Esto no es una trama generalizada, ni hay mordidas, ni nada. Hablamos de unos hechos que han ocurrido hace diez años y de una única concejala investigada en un equipo que ha estado trabajando 24 años, que ha adjudicado miles de contratos y millones de euros. No hagamos una causa generalizada donde no existe», explicó.

Simón aseguró que por lo que a ella respecta nunca sospechó nada de esas adjudicaciones ilegales. Es más, apeló de nuevo a la presunción de inocencia de los afectados, ya que «si esto se demostrara, yo sería la primera sorprendida y la primera disgustada, porque a algunas personas las conozco y me habrían defraudado».

Enfrentamiento en las Corts

La de Beatriz Simón, no fue, de todos modos, la única reacción que surgió ayer tras el levantamiento del secreto del sumario del caso Taula. Es más, generó un agrio debate entre los líderes de Compromís y el Partido Popular de las Corts.

La vicepresidenta y portavoz del Consell y colíder de Compromís, Mónica Oltra, se preguntó «cómo va a ser creíble un pacto anticorrupción con el PP» y «con aquellos que durante años han saqueado las arcas públicas». Si se alcanzara, «nacería muerto», porque «las personas que tienen que dirigir el gobierno, el PP, está sentado en el banquillo por corrupción».

Preguntada sobre el amaño de contratos y el cobro de comisiones fue tajante. «Qué me va a parecer, pues una vergüenza», dijo Oltra, quien precisó que le parece «una vergüenza cuando oímos las grabaciones de cómo amañaban los contratos, de cómo se llevaban las mordidas, de cómo saqueaban el dinero de todos los valencianos en vez de dedicarlo a servicios sociales a atender a las personas mayores, a la sanidad, a las escuelas, se los llevaban a su partido o a su casa y esto es algo que nos avergüenza a todos».

A su juicio, este caso «pone sobre la mesa una cuestión fundamental: cómo se va a hacer un pacto de gobierno en España que tiene este tipo de dirigentes, este tipo de casos de corrupción como Taula como Gürtel, como Emarsa y que no se acaban nunca».

Por su parte, el secretario general de Grupo Popular en las Corts, Luis Santamaría, replicó ayer que Mónica Oltra «se mueve entre el autoritarismo de Cleopatra y el populismo de Eva Perón» por sus críticas al Partido Popular en los últimos días, con las que «dedica demasiado tiempo a intentar ofender a sus adversarios y a polemizar en las redes sociales, y muy poco a gestionar».

El diputado popular ha criticado que para Oltra «dejar pasar un día sin atacar al PP de la Comunitat es un día perdido». «No se da cuenta de que ahora no ejerce de portavoz de Compromís, sino de vicepresidenta, y le falta altura de miras, educación y saber estar», dijo.

En esta línea, aseguró que la postura de Oltra «se mueve entre la nula gestión, el populismo de Eva Perón y el autoritarismo de Cleopatra».