La consolidación estructural del monasterio de San Vicente de la Roqueta sigue dando sorpresas. Esta vez no ha sido la estatua de un monje sin cabeza encontrada dentro de un muro. Esta vez se trata de la fachada, concretamente de la portada principal, a cuyos lados han aparecido dos arcos cegados pertenecientes a dos puertas desaparecidas.

Según ha podido saber este periódico, los trabajos de consolidación del viejo monasterio, en cuyo subsuelo los expertos creen que podría estar enterrado San Vicente Mártir, patrón de Valencia e inspirador del cristianismo valenciano, marchan a buen ritmo. Se trabaja en la limpieza de los muros y cimientos para reforzar la estructura y dejarla preparada para una segunda fase en la que se acometerá la rehabilitación ya pensando en los usos del edificio, que aún no están definidos.

El pasado mes de julio ya apareció, metida en un muro de carga, la estatua de un monje sin cabeza, monje que por el momento no se ha podido identificar. También salieron en la fachada principal que da a la calle San Vicente unos pequeños arquetes, situados en la parte superior, que antes no eran visibles. Y ahora, también en esa fachada principal, han aparecido lo que podrían ser dos puertas. Concretamente, han aparecido, a ambos lados de la portada neogótica principal, dos arcadas que podrían corresponder a dos puertas hasta ahora cegadas. Y la idea de los responsables de la obra es recuperarlas y devolverlas a su estado original.

Modificación del proyecto

Tanto es así que, según las fuentes, el Ayuntamiento de Valencia, propietario del edificio y responsable de la obra —el dinero lo pone la Generalitat Valenciana a través del Plan Confianza— ya ha elaborado una modificación del proyecto con el fin de trasladarlo a la Conselleria de Cultura para que le dé el visto bueno.

En la actualidad, los trabajos de consolidación del monasterio parecen estar centrados en la fachada, que ha sido cubierta en su totalidad por unas mallas de obra. Todo parece indicar que este gran panel del edificio, recayente a la calle San Vicente y claramente visible desde la Plaza de España, de la que dista muy pocos metros, va a sufrir una transformación importante, lo que pondrá en valor el conjunto a nivel patrimonial y también como dotación pública.