El Ayuntamiento de Valencia ya tiene las cifras de la prueba piloto de playa canina habilitada este año en Pinedo: 10.587 perros han visitado con sus dueños este espacio desde que se pusiera en marcha a mediados de junio. Para el gobierno municipal, y en concreto para el área de Playas, dirigida por la concejala Pilar Soriano, se trata de un «éxito total», puesto que señalan, estas cifras respaldan una iniciativa inédita que «ha cubierto una petición y necesidad que tenían muchos ciudadanos».

Los datos recogidos por la concejalía detallan que un total de 5.083 perros disfrutaron de este espacio en el mes de julio, lo que supone una media diaria de 163 canes, si bien desde este área explican que la mayoría se han concentrado en domingo, llegando a jornadas con picos de 400 perros.

Con estos resultados sobre la mesa, el ayuntamiento abre la puerta a estudiar todas las opciones para el año que viene, como ampliar el espacio de esta playa habilitada en Pinedo o abrir nuevos espacios en otras playas de la ciudad. Así ,Soriano indicó que «tras el éxito rotundo de esta prueba piloto nuestra obligación es evaluar todas las opciones que puedan perfeccionar el servicio ofrecido este año. Siempre trabajamos por mejorar nuestra gestión y también en este tema valoraremos todas las alternativas que redunden en un beneficio mayor para la ciudadanía».

La playa canina de Pinedo se estrenó el 15 de junio con un espacio acotado que incluye estacas para anudar a los animales, papeleras, ducha y el servicio continuado de trabajadores que controla y limpia la arena en caso de que se quede algún residuo. Allí los canes han podido campar a sus anchas evitando las quejas de otros bañistas y facilitando que sus dueños pudieran acudir a la playa sin dejarles en casa.

Excelencia sin bandera azul

Sin embargo, la creación de este espacio no estuvo exenta de polémica debido a que la creación de un espacio para animales es incompatible con el izado de la bandera azul, según las normas de la Fundación para la Educación Ambiental que otorga estos reconocimientos. Esta situación se daba en un año en el cual por primera vez la ciudad de Valencia lograba la deseada insignia para sus ocho playas.

La concejala Pilar Soriano se puso en contacto con el organismo para estudiar si era viable la bandera con la playa canina, y como respuesta se planteó al ayuntamiento la opción de renunciar al reconocimiento de excelencia, o la de no exhibir la enseña. La concejalía asumió la segunda posibilidad, guardando en un cajón la bandera, sabiendo que igualmente mantenía el reconocimiento de una calidad.

De esta forma, Soriano seguía adelante con una de las promesas electorales de su grupo, Compromís, con el objetivo de mostrar al organismo que era compatible tener una playa canina y mantener la excelencia y el izado de la bandera azul.

Según explicaron desde el ayuntamiento, cuando acabe la temporada de baño se realizarán las debidas muestras en la playa para comprobar el estado del agua y la arena. Esperan resultados «muy positivos» tras la gestión realizada y las opiniones recogidas de los usuarios.

Ausencia de incidentes

Asimismo, desde el ayuntamiento quisieron destacar que esta iniciativa ha tenido otro efecto beneficioso, concretamente en la seguridad ciudadana. Como publicó este diario recientemente, el hecho de que los animales estén separados del resto de bañistas ha supuesto que caigan en picado las multas a dueños cuyos canes se encontraran fuera de zonas acotadas.

Así, de las196 registradas el verano pasado se ha pasado este año a una única sanción, que tuvo lugar después de que un perro suelto se acercara a una bañista y la asustase, sin que fuera necesaria en aquella ocasión la presencia policial.