El Govern de la Nau está celebrando esta mañana, en la Casa Forestal del Saler, el segundo cónclave municipal con todos los integrantes del equipo de gobierno, con el objetivo de consensuar el presupuesto de 2017 para la ciudad de Valencia. Se trata de la segunda reunión conjunta del alcalde con los concejales de Compromís, PSPV y València en Comú tras la celebrada el pasado mes de febrero en Jubiocio.

Si hace unos meses se hizo balance de la gestión del gobierno en los primeros meses de vida del tripartito, la cumbre de hoy debe servir para consensuar las principales líneas presupuestarias de 2017. El alcalde Joan Ribó ha advertido de que las cuentas del próximo año estarán condicionadas por dos importantes cuestiones, la amortización de deuda y la apuesta por aumentar la plantilla del consistorio. "Serán uns presupuestos con ingresos estables y con algún gastos más significativo. Dos temas fundamentales, el año que viene no tendremos carencia a la hora de pagar las deudas de la herencia de la señora Barberá, por tanto debemos invertir más dinero en la parte de amortización, aproximadamente 20 millones, y el segundo aspecto es que nosotros este año hemos invertido en la pérdida de trabajadores del Ayuntamiento y esto se reflejará en el capítulo 1 con un aumento, también porque estamos negociando el convenio y estamos a punto de sacar las oposiciones", ha explicado el presidente del consistorio.

Sobre las ordenanzas fiscales, Ribó ha asegurado que "están bien" y no tiene previsto revisar la subida del IBI para unos tres mil comercios, como sí que contempla su socio, el socialista Ramón Vilar. "Creo que lo que pagan los comercios de Valencia está por debajo de lo que pagan otras grandes ciudades españoles", ha insistido. Así pues, este será uno de los puntos de fricción de la reunión. El alcalde sí ha anunciado que va a plantear una tasa para las empresas de telefonía móvil "como ha puesto este año Madrid".