El Ayuntamiento de Valencia pondrá en marcha un servicio de inspección para «peinar» los barrios donde se acumulan los apartamentos turísticos de la ciudad y conocer su extensión, su localización y su situación. Eso les permitirá fundamentalmente informar a los propietarios; detectar irregularidades y hacer un censo lo más ajustado posible de este tipo de viviendas alegales, que en la actualidad rondarían las mil, según fuentes municipales.

Ayer mismo se publicaron en la prensa imágenes de turistas subidos al tejado de unos apartamentos haciendo «botellón», una cuestión que de forma genérica los vecinos vinculan a la proliferación de este tipo de apartamentos sin la debida regulación.

Enric Roig, coordinador de Economía del Ayuntamiento de Valencia, aseguró que en la actualidad tanto la administración autonómica como la local trabajan de manera coordinada para hacer una nueva regulación del mercado, particularmente después de lo que los tribunales hayan dictaminado que no es posible prohibir los apartamentos integrados en edificios de vecinos con el argumento de que no se puede prohibir un uso que no está prohibido por una ley.

La Conselleria de Economía está modificando el decreto que regula las viviendas turísticas para tratar de legalizar las que ya existen y crear un marco legal a las nuevas. Y entre tanto, el Ayuntamiento de Valencia actúa en una doble dirección, siempre desde el punto de vista urbanístico, que es su competencia.

Plan general

Por un lado, se está preparando una modificación del Plan General para facilitar la construcción de bloques enteros de apartamentos frente a la compra de este tipo de viviendas en bloques de vecinos. Dado que por ahora los tribunales no les permiten prohibir estos últimos, su idea es «reconducir a las empresas hacia los bloques enteros facilitándoles el camino».

En concreto, se trataría de rebajar las exigencias en caso de edificios protegidos, pues ahora necesitan una serie de servicios de emergencia, por ejemplo, que no son compatibles con su grado de protección. La idea es no exigir lo mismo que se exige a un hotel si eso es imposible, dijo Roig.

La otra idea es crear un grupo de inspectores y policías locales para peinar al menos tres barrios de la ciudad: Ciutat Vella, Russafa y el Cabanyal.

Enric Roig explicó que se creará un grupo de tres o cuatro personas para cada uno de estos barrios con el fin de que recorran sus calle, hablen con los vecinos y censen las viviendas que se dedican al turismo. De esa forma se tendrá un censo ajustado de las mismas, será posible informar a los propietarios y a los vecinos, y, en caso de necesidad, poner determinadas irregularidades en conocimiento de la Generalitat Valenciana para que abra un expediente.