La avenida del Arzobispo Olaechea, la más importante del barrio de San Marcelino, ha quedado cortada por la caída de un álamo de grandes dimensiones. Es una de las consecuencias no ya del temporal que sufrió la ciudad de Valencia en la jornada del martes, sino del pequeño tornado que pasó por las calles de ese barrio y que provocaron destrozos en otros árboles del mismo.

A consecuencia de las inclemencias, el árbol ha acabado por ceder horas después, cortando completamente uno de los sentidos de la calle. El árbol no causó desgracias personales, pero sí que cayó sobre una furgoneta, que sufrió desperfectos sólo en la chapa. La asociación de vecinos denunciaba, precisamente, que estas calles tienen árboles de un tamaño excesivo, cuya base de sustentación no puede soportarse en las estrechas jardineras que hay en la mediana tanto de Arzobispo Olaechea como de la calle San Marcelino, lo que habría propiciado su caída tras los rigores de la lluvia y el viento.