Los comerciantes del Centro Histórico abrieron ayer el turno de intervenciones de las entidades cívicas en el debate de la ciudad que no escatimaron críticas a la gestión del gobierno municipal de Compromís, PSPV y València en Comú. Su presidente, Francisco Torres, dijo que urge un modelo de comercio que frene el proceso de «clonación comercial» de la ciudad y que fomente los itinerarios turístico-comerciales, al tiempo que pidió la instalación de cámaras de seguridad.

La presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos, María José Broseta, agradeció la oportunidad de participar en el debate de la ciudad pero se quejó de las limitaciones de tiempo (solo tres minutos por entidad). Broseta criticó la participación «de wikipedia» del gobierno municipal y reclamó que las consultas ciudadanas como la de los presupuestos no sean «vinculantes».

La falta de limpieza en las calles y de poda en los jardines, el botellón, la modificación de las líneas de la EMT, los apartamentos turísticos y el descontrol con las terrazas de los locales de ocio fueron algunas de las críticas que le llovieron al gobierno tripartito. Unas más vehementes como la de Adelaida Millà, de la Asociación de Vecinos Polo y Peyrolón, quien reprochó al alcalde que no les hubiera recibidó espetándole: « Ribó no te voy a perdonar».

Sobre las limitaciones de acceso a los garajes que han creado las peatonalizaciones y reurbanizaciones impulsadas por el ayuntamiento también fue crítica la Asociación de Comerciantes de la calle Alboraia que invitó a Ribó a «volver a pisar la calle» y dejar el «síndrome de la casa consistorial».

La plataforma Orriols Convive advirtió del problema de pobreza y superpoblación del barrio, con colegios convertidos en guetos y donde «ha pasado un año y no se ven las mejoras anunciadas».

Natzaret llevó al hemiciclo su reivindicación histórica del parque de desembocadura y los vecinos del Cabanyal, el problema de contaminación acústica y la vulneración del derecho al descanso y advirtieron de que las soluciones a este problema «no se pueden dilatar más».

Russafart, el Movimiento contra la Intoleracia y Alana intervinieron en tono menos crítico.